Los seres humanos generarán en 2021 unos 57,4 millones de toneladas métricas de basura electrónica, es decir, más que el peso del mayor objeto artificial del mundo, la Gran Muralla china, según advirtió el Foro WEEE de productores ecológicos con motivo del Día Internacional de los Residuos Electrónicos.
“La generación mundial de desechos electrónicos está creciendo anualmente en 2 millones de toneladas, o alrededor del 3% al 4%. Este es un problema atribuido a mayores tasas de consumo de productos electrónicos, ciclos de vida de productos más cortos y opciones de reparación limitadas”, señaló el Foro WEEE en un comunicado.
El Monitor Global de Residuos Electrónicos estimó en su informe correspondiente a 2019 que ese año se generaron 53,6 millones de toneladas métricas de basura electrónica en todo el mundo, un aumento del 21% en los cinco años transcurridos desde 2014.
De seguir por esa senda, para 2030, se llegaría a los 74 millones de toneladas, agregó la plataforma, que denunció que en un hogar medio europeo 11 de 72 artículos ya no se utilizan o están estropeados.
Esa organización, de la que forma parte la firma medioambiental española Recyclia, agrega que las estimaciones apuntan a que solo en los hogares de Francia hay entre 54 y 113 millones de teléfonos móviles que no se utilizan, lo que supone entre 10 y 20 toneladas de residuos, y que en Estados Unidos se tiran cada día 416.000 dispositivos.
El director general del Foro WEEE, Pascal Leroy, apeló a la responsabilidad individual para deshacerse de los aparatos electrónicos en desuso, de forma que puedan ser reciclados.
“Mientras los ciudadanos no devuelvan su equipo usado, roto, lo vendan o lo donen, tendremos que seguir extrayendo materiales completamente nuevos que causan un gran daño ambiental”, señaló.
En alusión a la cumbre climática COP26, que se celebrará a inicios de noviembre en Glasgow (Reino Unido), Leroy señaló que cada tonelada de basura electrónica reciclada “evita alrededor de 2 toneladas de emisiones de CO2″.
En un millón de teléfonos móviles, por ejemplo, hay incrustados 24 kilos de oro, 16.000 kilos de cobre, 350 kilos de plata y 14 kilos de paladio, recursos que podrían recuperarse y devolverse al ciclo de producción sin necesidad de extraer nuevas materias primas que, en cualquier caso, genera más CO2 que el reciclaje, agregó la plataforma.