A más de 1.300 años luz de la Tierra, un grupo de astrónomos de la Universidad de Nevada en Las Vegas (UNLV) cree haber identificado el extraño caso de un planeta que orbita tres soles. Esta rareza cósmica, observada en el sistema estelar GW Ori, podría tratarse del primero de estas características descubierto en toda la historia de la humanidad. El estudio fue publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
A través de la matriz de radiotelescopios ALMA, en Chile, el grupo de investigadores analizó los tres anillos de polvo presentes en GW Ori y halló que estaban separados por una distancia significativa.
Según anteriores estudios en Science y The Astrophysical Journal, estos tres anillos de polvo (también llamados discos protoplanetarios por su incidencia en la formación de planetas) presentan una peculiar danza orbital, producto del desalineamiento entre ellos y un tambaleo del anillo más interno. Las hipótesis iniciales apuntaban a que el responsable de este movimiento era la existencia de posibles planetas en la gran fisura de los discos.
No obstante, después de construir un modelo completo de GW Ori, los científicos de la UNLV han fortalecido esta posibilidad.
Según la reproducción del sistema estelar, se trataría de dos estrellas que orbitan mutuamente en el centro y una tercera que gira alrededor a cientos de millones de kilómetros. Con ello, los científicos están convencidos de la presencia de uno o más mundos gaseosos como Júpiter, los primeros planetas en formarse antes de otros como la Tierra o Marte.
La mera existencia de este mundo revelaría que los planetas pueden formarse bajo condiciones más amplias de lo que los científicos pensaban.
“Es realmente emocionante porque hace que la teoría de la formación de planetas sea realmente sólida”, dijo ante el New York Times Jeremy Smallwood, autor principal del estudio y doctor en Astronomía por la UNLV. “Podría significar que la formación de planetas es mucho más activa de lo que pensamos, lo cual es bastante bueno”.
Asimismo, afirmó que serán necesarias nuevas observaciones en los próximos meses que podrían proporcionar evidencia directa del fenómeno.