Sudip Bajpeyi, profesor asociado de kinesiología en la Universidad de Texas en El Paso (Estados Unidos), expresó mediante la reunión anual virtual de la Asociación Estadounidense de Diabetes que los pacientes con esta enfermedad crónica, sin controlar, presentaban más casos de hospitalización por COVID-19 grave, según una investigación. El estudio es preliminar y se espera que sea revisado por pares.
“Nuestros resultados resaltan la importancia de evaluar, monitorear y controlar la glucosa en sangre (a través del glucómetro, el régimen alimenticio, y las citas y exámenes médicos) desde el principio”, mencionó el autor principal de la investigación.
En el análisis científico se usaron datos de 369 pacientes con coronavirus del Centro Médico Universitario de El Paso. Clasificaron a los individuos en tres grupos: niveles normales de azúcar en la sangre, diabetes y prediabetes.
Luego, las personas con diabetes declararon hasta qué punto respetaron su rutina de cuidado con medicamentos. De este modo, Bajpeyi y su equipo de expertos observaron que una diabetes descompensada, cuya glucosa varía de forma anormal, aumentaba los días críticos en caso se les detectara el coronavirus dentro de su organismo. En cambio, los pacientes con niveles estándar de azúcar en el torrente sanguíneo no tuvieron altos riesgos de decaimiento en la salud.
Los investigadores se enfocaron en examinar a una población que era un 89% hispana. Les llamó la atención que la comunidad latina registra una probabilidad de 2,4 veces de morir de COVID-19 en comparación a las personas caucásicas.
Además, según detallaron, el 40% de estadounidenses que han perdido la vida por el SARS-CoV-2 habían sufrido de diabetes.
Una de cada 10 personas con esta afección sin cura y hospitalizadas por COVID-19 puede fallecer en el lapso de una semana, aseguraron los autores del estudio preliminar.
A consecuencia de los desastres económicos por el surgimiento de la pandemia, uno de cada cinco estadounidenses con diabetes —el 20%— informó que eligieron abastecerse de alimentos por encima de comprar medicamentos para controlar la enfermedad crónica.