Este 8 de enero, el Ministerio de Salud del Perú anunció el primer caso de un paciente infectado con la variante del coronavirus originada en Reino Unido y que ya está en varios países del mundo. Esta versión del SARS-CoV-2 se ha asociado con una mayor transmisión de la enfermedad.
A medida que el virus se transmite de persona a persona, puede sufrir mutaciones, los cuales son pequeños cambios en su material genético. Estas modificaciones lo convierten en un nuevo linaje o variante, y miles de estas versiones del coronavirus circulan por el planeta. Sin embargo, la que detectaron en Reino Unido por primera vez en setiembre acumula una cantidad de mutaciones que no se había registrado durante toda la pandemia.
Juan More, doctor en inmunología comparada y miembro de la Sociedad Americana de Virología, indica que estos patógenos mutan todo el tiempo. “La mayoría de estos cambios son perjudiciales para el virus, pero de vez en cuando aparecen mutaciones que le favorecen, lo que al parecer podría estar pasando con esta variante”.
La propagación de esta variante, llamada B.1.1.7 (o también VOC-202012/01) ha coincidido con un aumento de casos sin precedentes en el país británico y se convirtió en la versión del virus predominante en ese territorio.
La variante de Reino Unido presenta un total de 23 mutaciones. Ocho de estas afectan el gen de la proteína S: la espícula que usa el coronavirus para ingresar a la célula humana.
Mutaciones en la espícula de la nueva variante. Foto: LR/ AFP
Una de sus mutaciones (denominada N501Y) ha sido localizada justo en el extremo de la espícula. Esta región (RBD) es la que se une al receptor ACE2 de nuestras células para comenzar la infección.
Estudios anteriores determinaron que este tipo de modificación puede facilitar la entrada del virus a la célula. “Al parecer, esta variante del virus es mucho más contagiosa que las otras variantes porque se ‘pega’ mejor (al receptor de la célula)”, señala Paul Cárdenas, microbiólogo e investigador de la Universidad San Francisco de Quito.
Una investigación publicada a finales de diciembre determinó que la variante B.1.1.7 podía ser un 56% más contagiosa. En tanto, en esas fechas, se estimaba que el 60% de los nuevos casos en Londres y regiones cercanas correspondían a este nuevo linaje del virus.
Una de las hipótesis es que, si el virus se adhiere mejor y más frecuentemente a las células, produce una mayor cantidad de partículas virales en la persona. Por ende, contagia con mayor facilidad.
Un estudio aún no revisado por otros expertos indica que el 35% de las muestras de pacientes probablemente infectados con la variante británica presenta mayor carga viral (altos niveles del virus). Sin embargo, los autores precisan que hacen falta más investigaciones para aclarar esta relación.
Esta variante también tiene otras mutaciones, como la supresión H69/V70, que generó la pérdida de una pequeña parte de la espícula del virus; una modificación que, según una investigación preliminar, permite al virus escapar de los anticuerpos neutralizantes generados por el sistema inmune de las personas.
En ese sentido, se contempló la posibilidad de que la inmunidad adquirida tras la infección o la vacunación pueda estropearse frente a la nueva variante.
Anticuerpos contra el SARS-CoV-2. Foto: LR
“Las vacunas utilizaron el molde del SARS-CoV-2 original de Wuhan de hace un año. Lo que preocupa es que, al haber tantas mutaciones en la proteína S, los anticuerpos producidos por la vacuna no se adhieran bien al virus y no lo bloqueen adecuadamente”, detalla Cárdenas.
Por su parte, More advierte que es necesario hacer ensayos en células (en laboratorio) o en animales para determinar si esto sucede con la nueva variante.
No obstante, ambos expertos consideran poco probable que la vacuna no sea efectiva contra la variante de Reino Unido, ya que los anticuerpos generados atacan distintas zonas de la proteína del virus. Además, parte de las defensas del organismo son las células T, que también bloquean al invasor.
“Hasta el momento, no hay evidencia científica de que las vacunas no funcionen o funcionen menos (contra esta variante), pero sí es preocupante que haya tantas mutaciones”, recalca Cárdenas.
Recientemente se publicó un estudio que muestra que la vacuna de Pfizer/BioNtech es eficaz contra una mutación clave (N501Y) de la variante de Reino Unido.
More y Cárdenas señalan que, el término cepa se usa para aquellos virus que tienen un comportamiento distinto al original. En ese sentido, se tendría que demostrar con estudios que es más contagiosa, más letal o que genera otro tipo de síntomas.
Por ahora, hay fuertes indicios de que B.1.1.7 es más transmisible. No obstante, aún es considerada una variante.