La noticia del contagio por COVID-19 de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, hizo que creciera la fama de un tratamiento experimental hasta hace algunas semanas poco visible. Se trata de un cóctel de anticuerpos monoclonales que actualmente está siendo desarrollado por la farmacéutica Regeneron.
De acuerdo con los médicos que atendieron al mandatario, Trump recibió, además de otros tratamientos, el cóctel en investigación, REGN-COV2. Los resultados, según fuentes oficiales y el propio presidente, fueron favorables. No obstante, independientemente de estos comentarios, los estudios preliminares sobre el fármaco indican que se trata de algo prometedor contra el coronavirus.
El REGN-COV2 consiste en la unión de dos clases de anticuerpos monoclonales, La investigaciones sobre este tipo de estrategias han demostrado que suelen ser las más efectivas contra el SARS-CoV-2, que causa la COVID-19. Ya se han realizado ensayos en animales y en humanos sanos.
Actualmente, Regeneron lleva a cabo sus pruebas en pacientes infectados. En EE. UU. se realizan en 86 centros, y Donald Trump fue incluido en ellas. En Europa, por su parte, la empresa aplica los estudios en conjunto con la Universidad de Oxford, como parte del programa Recovery, el mismo que demostró que los esteroides —como la dexametasona— pueden ser útiles contra el coronavirus.
A la fecha ya se conocen resultados preliminares obtenidos de las investigaciones realizadas en 275 pacientes. Estos datos, reportó la empresa el pasado 29 de septiembre, demostraron que Regeneron “reduce la carga viral y el tiempo para aliviar los síntomas en pacientes no hospitalizados con COVID-19″. Además, se evidenció “tendencias positivas en la reducción de visitas médicas”, aseguró el comunicado.
Se tratan de copias sintéticas creadas en el laboratorio a partir de un clon de anticuerpos. En este caso, el REGN-COV2 contiene dos tipos. Uno de ellos ha sido elaborado completamente por Regeneron y el segundo es a partir de un anticuerpo aislado de una persona que se ha recuperado después de haber sido infectada por COVID-19.
La combinación tiene como fin unirse a la proteína Spike del SARS-CoV-2 —que emplea el virus para unirse a las células humanas— y así neutralizarlo. Al ser dos anticuerpos, los científicos creen que si uno de ellos fallara, el otro podría cumplir su objetivo.
Su aplicación al organismo se realiza a través de la transfusión mediante goteo, Podría ser empleada también como una forma de inmunización; sin embargo, no funcionaría al igual que una vacuna, ya que su protección sería menos duradera.
“Son una de las tres aproximaciones principales para protegerse frente al SARS-CoV-2 (junto a las vacunas y los antivirales)", explica, el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, Luis Enjuanes.
La técnica de anticuerpos monoclonales se emplea clínicamente desde la década de 1980. En la actualidad, se utilizan para tratar muchas enfermedades, como el cáncer en algunos órganos.
De momento, son una alternativa “viable, económica y de larga duración” hasta conseguir una vacuna eficaz", concluye el CISC en una nota de prensa difundida este 8 de octubre.