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Ciencia

Mascarillas hacen más que proteger a otros: reducen los síntomas de COVID-19, según estudio

Resultados de un amplio estudio plantean que exponer a una sociedad al coronavirus, con mascarillas, "podría conducir a una mayor inmunidad".

larepublica.pe
En casi todo el mundo el uso de mascarillas, recurrente en Asia para prevenir enfermedades, ahora forma parte del día a día. Foto: EFE

Especialistas de Estados Unidos (EE. UU.) afirmaron que usar mascarillas como medida de prevención contra el coronavirus SARS-CoV-2 puede generar una inmunidad a nivel comunitario y disminuir la transmisión mientras se desarrolla una vacuna.

Su estudio, publicado en la revista especializada Journal of General Internal Medicine, es el primero que aborda la hipótesis de que el uso universal de mascarillas reduzca el inóculo o la dosis del virus, tanto que “lleva a manifestaciones de infección más leves y asintomáticas”.

Para su investigación, divulgada el 31 de julio, los doctores Monica Gandhi, Eric Goosby (de la Universidad de California) y Chris Beyrer (Universidad Johns Hopkins) compararon la evidencia de múltiples situaciones en las que grupos utilizaban o dejaban de utilizar mascarillas.

Gráfico que explica el nivel de protección que ofrecen las mascarillas básicas. Infografía: AFP

En el resultado analizaron la relación que tiene con la carga viral y los crecientes índices de contagios tenues o asintomáticos. “Ninguna perspectiva previa se ha centrado específicamente en este vínculo”, aseguraron los expertos.

Se sustentó de tres cúmulos de evidencia: virológica, epidemiológica y ecológica. Evaluaron los tipos de mascarillas; demostraron síntomas más severos en personas que recibieron una carga viral mayor e indicaron que los altos índices de mortalidad se vieron al comienzo de la pandemia, cuando no era obligatorio portar este objeto en ningún país fuera de Asia.

Para su experimento usaron hámsteres, que fueron separados con una pared divisoria hecha de una máscara quirúrgica, y comprobaron no solo que los animales protegidos se infectaron menos, sino que los contagiados con coronavirus presentaron síntomas sutiles.

“Esta perspectiva describe un ángulo único sobre por qué el enmascaramiento público universal durante la pandemia de COVID-19 debería ser uno de los pilares más importantes del control de enfermedades”, destacaron.

Reconocieron que la infecciones asintomáticas pueden ser nocivas para la propagación del coronavirus, dado que las personas continúan su vida habitualmente sin saber que portan el SARSC-CoV-2, pero también —dijeron— que pueden ser beneficiosas si conducen a mayores tasas de exposición.

Es decir, exponer a una sociedad al SARS-CoV-2 sin las consecuencias de una enfermedad grave con mascarillas “podría conducir a una mayor inmunidad a nivel comunitario y una propagación más lenta mientras esperamos una vacuna”.

Aunque en el resumen de su estudio en Journal of General Internal Medicine no lo mencionan, llegar a esta situación de grandes niveles de inmunidad comunitaria, permitiría alcanzar la renombrada inmunidad de rebaño contra la COVID-19.