Especialistas de salud han coincidido que los pacientes que padecen hígado graso no alcohólico y se infectan con el virus SARS-CoV-2 pueden desarrollar la COVID-19 con un mayor nivel de gravedad y presentar más complicaciones.
La gastroenteróloga y hepatóloga Eira Cerda explicó a EFE que las personas con esta enfermedad suelen tener por más tiempo el coronavirus, lo que representa un mayor tiempo de hospitalización, el periodo ronda entre los 14 y 17 días, así como una mayor carga viral.
“Se ha visto que los pacientes que padecen hígado graso tienen un mayor riesgo de complicaciones, y cuadro más severo de la COVID-19”, indicó la especialista.
Eira detalló que el hígado graso no alcohólico consiste en la acumulación excesiva de grasa en las células hepáticas, lo cual puede terminar generando inflamación, fibrosis e incluso cirrosis y derivar en cáncer.
Según las cifras de la Organización Mundial de la Salud, entre 20 y 30 % de la población mundial sufre de hígado graso y se estima que en América Latina hasta un tercio de las personas se ve afectada por esta condición.
La especialista señaló que la prevalencia de esta enfermedad en la región latinoamericana puede estar relacionada con factores genéticos y ambientales, entre ellos la dieta y el ejercicio, así como con el sobrepeso, la obesidad y la diabetes tipo 2, las cuales también son altamente predominantes allí.
Por su parte, la hepatóloga Graciela Castro sostuvo que, de acuerdo con un estudio del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, aproximadamente entre 70 % y 80 % de los pacientes que ingresan al instituto tienen sobrepeso u obesidad.
“Es un factor de riesgo y de mayor gravedad en pacientes con COVID-19”, coincidió Castro, quien también se desempeña como presidenta de la Asociación Mexicana de Hepatología. No obstante, uno de los principales problemas del hígado graso no alcohólico es la falta de diagnóstico oportuno.
“Muchos pacientes ya llegan a consulta con complicaciones de cirrosis o carcinoma y en algunos casos ya ni siquiera podemos hacer diagnóstico exacto de qué causó el hígado graso”, manifestó la doctora Castro.
Edith González, especialista en gastroenterología y nutrición pediátrica, explicó que esta “es una enfermedad que se gesta desde la edad pediátrica. Por eso debemos estar más cercanos en el crecimiento de los niños que desde pequeños estén en curvas de crecimiento normales”.
Reconoció que en la última década se ha visto una mayor incidencia de enfermedades hepáticas en niños a partir de los 8 años y, pese a que no se presentan en formas graves, se puede ver grasa en el hígado e inflamación. “Hay que prevenir desde la infancia, comiendo frutas, verduras, evitando embutidos y realizando actividad física”, aseveró González.
Con información de EFE.