Sentencia. ¿Es realmente el final de esta saga increíble (por no decir kafkiana), que mezcla literatura y amor al lucro con patrimonio intelectual judío? No es seguro, pues Uri Sefad, abogado de Eva Hoffe, anunció que su cliente apelará.,Jerusalén. EFE/ ¿Otra batalla legal en perspectiva? Sin duda, a pesar de que la decisión del tribunal de Tel Aviv parece decisiva: todos los escritos de Franz Kafka y su amigo Max Brod serán transferidos de cajas de seguridad privadas a los archivos de la Biblioteca Nacional del Estado de Israel, en Jerusalén. La jueza Talía Pardo Kupelman, del juzgado de familia, tomó la medida de su decisión histórica:”Este caso, complicado por las pasiones, se ha seguido durante mucho tiempo en los tribunales, a través de mares, países y periodos”. “Este proceso (que no es el de la novela) ha abierto una ventana a la vida, los deseos, las frustraciones y las almas de dos de los más grandes pensadores judíos del siglo XX”. Sí, pero los escritos de los “grandes pensadores” valen millones de dólares, por eso es comprensible que quien cuenta con una colección única no esté contento con la decisión de la Corte de Tel-Aviv. Es sabido que el manuscrito original de El proceso fue vendido en 1988 por Eva Hoffe , su madre y su hermana Esther Ruti Wiesler, por la suma de $ 1,7 millones de dólares al Museo de Literatura Moderna en Marbach,cerca de Stuttgart, donde se encuentran los archivos literarios alemanes. Eva Hoffe (única sobreviviente actual de la familia) tenía toda la intención de continuar explotando este filón, cuyo origen se remonta al 3 de junio de 1924, el día de la muerte del autor de La metamorfosis. Antecedentes: en su última voluntad, Franz Kafka especifica que todos sus manuscritos inéditos deben ser destruidos después de su muerte. TRES ROBOS MISTERIOSOS Mucho después, el poeta Max Brod declaró que obedecer a su amigo hubiera sido un “acto criminal”, dado el valor del legado literario y filosófico que dejó. En 1938, Brod huyó de la Alemania nazi con una maleta que contenía los manuscritos preciosos, emigró a Palestina, parte de la cual se convirtió en el Estado de Israel en 1948, y murió sin hijos en Tel Aviv en 1968. Sin hijos, pero no sin herederos: su secretaria (y posiblemente amante) Esther Hoffe, quien tiene dos hijas, se declaró propietaria del legado intelectual del escritor. Hoffe denunció a la policía entre septiembre de 2009 y mayo de 2010 que su casa fue robada. En ese momento, la “heredera” de Franz Kafka y Max Brod dijo que cartas, libros y partituras que pertenecieron a este último habían desaparecido. Eva Hoffe siempre ha afirmado que el contenido de las cajas de seguridad bancarias y de las cajas de su departamento eran un “regalo” de su madre. El tribunal de Tel Aviv sentenció que el público israelí y todos los investigadores apasionados por la obra de Franz Kafka les darían un mejor uso. El pleito sigue: el abogado de Eva Hoffe ha anunciado que su cliente apelará ante la Corte. Claves Eva Hoffe vive en un gran departamento, en compañía de cinco perros y 50 gatos. Se ignora cuántos de estos últimos pueden haber afilado sus garras en las cajas que contienen los valiosos manuscritos. El fallo autoriza a la policía ingresar al piso de Hoffe y retirar el legado.