Viacrucis. Miles de niños pobres y en situación de abandono están condenados a no estudiar por los cambios hechos a la Educación Básica Alternativa. Sucede que ahora sólo pueden inscribirse a partir de los 14 años, dejando en el aire a cientos de menores. La inclusión es letra muerta para el caso de los peruanos que han sido olvidados por el Estado.,Edith Sinchi Roka Bravo (*) El bullicio anuncia que ha llegado el recreo. Niñas y niños, algunos jóvenes y otros ya adultos, salen en tropel al patio del colegio. Unos se disponen a jugar con lo que haya al alcance de la mano; otros hacen corrillos para comentar las últimas noticias del día. Desde la puerta de un salón una profesora observa con actitud vigilante. “Para impedir que los más pequeños sean objeto de bullying”, dice. PUEDES VER: Turistas no podrán visitar Machupicchu ni Huaynapicchu en abril del 2016 Dentro de esa aula del Centro de Educación Básica Alternativa (CEBA) Alejandro Velasco Astete del distrito de San Jerónimo, Luisa, de 9 años, y Pedro, un año mayor, deciden mantener cierta distancia de los demás. -Vivo con mi padre, no he podido estudiar en la mañana y por eso me han matriculado en la nocturna- confiesa Luisa. -¡Mentira! –interviene Pedro-. ¡Tú has sido abandonada por tu madre y vives con tu madrastra que te maltrata! -¡Y tú qué hablas, si a ti también te pegan! Pedro baja los ojos y luego de un silencio que se hace eterno admite que trabaja como ayudante en una panadería, que después de sus clases se va al trabajo donde se encarga de preparar la harina hasta las tres o cuatro de la madrugada. Mientras Luisa y Pedro tratan de ahuyentar sus fantasmas personales, irrumpe alegremente en el aula Rosmery Yupak Kuno, de 20 años, de la comunidad de Qatqa, en Quispicanchi. A pesar de su aspecto alegre, sus ojos se nublan cuando recuerda su infancia con una madre alcohólica y dos hermanos menores que sostener. Al llegar a la adolescencia, su padrastro intentó violarla. Huyendo del abuso llegó a la ciudad del Cusco y empezó a ganarse la vida en lo que podía. A los 17 años se convirtió en madre. Ahora tiene su pequeño negocio y el deseo de aprender a leer y escribir bien. DESEOS Y REALIDAD La Ley General de Educación (28044) de 2003, en su artículo 27 señala que la Educación Básica Alternativa tiene los mismos objetivos y calidad de la Educación Básica Regular (EBR). Pone énfasis en la preparación para el trabajo y el desarrollo de capacidades empresariales dirigido a jóvenes y adultos que no tuvieron la suerte de culminar sus estudios. Todos pueden acceder a esta forma de educación sin restricción de edad. No obstante, el 18 de abril de 2005 empezó un proceso de conversión de los Centros y Programas de Educación Primaria y Secundaria de Adultos, conocidos como “nocturna”. Aldo Carreón, jefe de CEBA de la Dirección Regional de Educación, dice que los cambios fueron motivados por las observaciones planteadas por la Organización Internacional del Trabajo que considera que el sistema de educación nocturno alentaba la explotación de niños y niñas. Además ponía en riesgo su integridad por su convivencia con jóvenes y adultos. La solución fue entonces determinar que la edad de acceso a los CEBA sea a partir de los 14 años. Ahora la matrícula para el ciclo inicial e intermedio (equivalente de primaria en la EBR), en cualquiera de los grados, se inicia a partir de los 14 años. En el ciclo avanzado (secundaria) a partir de 15. Lo que en el papel parecía una buena solución, ha provocado que miles de niños y niñas de entre 8 y 14 años, provenientes de las áreas rurales o en estado de abandono, se enfrenten a dos lamentables opciones: quedar analfabetos de por vida o esperar hasta cumplir 14 años para estudiar. En la región Cusco hay, según el sector Educación, 49 CEBA. Este año se han matriculado 6 mil 142 alumnos en el nivel avanzado o secundaria, en los niveles inicial e intermedio hay 1,213 alumnos. Estas cifras cayeron en 20% en relación al año pasado. Paralelamente se redujo el personal docente. Diario La República ENTENADOS DEL SISTEMA Carreón reconoce que han optado -pese al impedimento legal- seguir matriculando a estudiantes menores de 14 años “Es doloroso cerrar las puertas a niños y niñas ansiosos por estudiar, tan sólo porque tienen menos de 14 años”, dice la profesora Juana Rodríguez, docente del CEBA Clorinda Matto de Turner. Añade que aún no se ha implementado en los CEBA, el SIAGIE (Sistema de Información de Apoyo a Gestión de la Institución Educativa). Éste controla el proceso educativo de los escolares y en cuanto se aplique automáticamente rechazará la inscripción de los estudiantes menores de 14 años. AÚN HAY ESPERANZA Rosmery, la joven madre que acude a recibir clases llevando a su pequeña hija en brazos; Luis y Pedro, los pequeños de 8 y 9 años de edad, respectivamente, que tratan de curar las heridas de sus almas mientras aprenden a leer y a escribir, encarnan la lucha tenaz por vencer a las tinieblas. Ellos se mantienen aferrados a una esperanza. Si no existiera el desfase en la aplicación del SIAGIE, si los maestros no se compadecieran de los niños y niñas y jóvenes menores de 14 años ansiosos por estudiar, o tal vez por no perder más alumnos y perder sus plazas docentes, Rosmery, Luisa y Pedro, al igual que otras miles de personas no tendrían la oportunidad de estudiar. Pero tal vez la primavera no sea eterna. Cuando el SIAGIE se implemente en los CEBA o cuando algún funcionario exija el cumplimiento de las normas, se habrán cerrado las puertas del futuro para estos estudiantes de nocturna. (*) Periodista. Licenciada en Ciencias de la Comunicación.