El futbolista sudamericano de 16 años que derribó un avión de un pelotazo: "Decidí darle de su medicina"
Fidel Trigo, defensa del club General Genes, protagonizó en 1957 uno de los sucesos más insólitos en el fútbol de Sudamérica, tras derribar un avión monomotor con una pelota durante un partido de fútbol.

En el corazón de Sudamérica, una anécdota que parece sacada de la ficción causó asombro hace casi siete décadas. Corría 1957 y en un modesto campo de fútbol del barrio Villa Morra de Asunción, en Paraguay, un adolescente de solo 16 años se convirtió en protagonista de un hecho tan increíble como real. Fidel Trigo, defensa del club General Genes, de la Cuarta (Categoría adolescente) derribó un avión con un solo pelotazo en pleno entretiempo de un partido ante el equipo Presidente Hayes.
Este episodio, que podría figurar sin mayor dificultad en el libro de los récords más insólitos del deporte mundial, no solo marcó la historia de la liga local, sino que también dejó una huella imborrable en la memoria popular del fútbol paraguayo. El accidente involucró a un avión modelo CAP-4 Paulistinha, piloteado por Alfredo Lird, un ferviente hincha del General Genes, quien acostumbraba realizar vuelos rasantes sobre el estadio para alentar a su equipo.
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Futbolista enfurecido derribó un avión de un pelotazo
El día del incidente, el joven Trigo escuchaba junto a sus compañeros las instrucciones del entrenador José Orrego —abuelo de los exfutbolistas Gustavo y Rafael Bobadilla, ex estrellas del Olimpia— bajo la sombra de un árbol. El problema surgió cuando los vuelos constantes de Alfredo Lird impidieron que los jugadores oyeran las indicaciones del técnico. En un acto impulsivo y desafiante, Trigo tomó la pelota, caminó hasta el centro del campo y lanzó un disparo hacia el cielo.
El balón impactó con precisión milimétrica entre la hélice de madera y la tapa del motor del CAP-4 Paulistinha. La fuerza del impacto fue suficiente para dañar la hélice, hacer caer la cubierta del motor en la cancha y provocar la pérdida de control de la nave. En cuestión de segundos, el avión comenzó a descender en picada hacia una zona poblada, generando una estampida entre los asistentes del encuentro. Árbitros, jugadores y espectadores corrieron en masa hasta el lugar donde se estrelló la aeronave, a solo 500 metros del recinto deportivo.

Fidel Trigo jugaba como defensa en el Club General Genes. Foto: Conmebol
¿Qué ocurrió con los que pilotaban el avión?
Milagrosamente, ni Alfredo Lird ni su copiloto resultaron heridos. La aeronave cayó en una casa del barrio, rodeada de plantas espinosas conocidas como jukeri, lo que amortiguó el impacto. La rueda del avión quedó suspendida a escasos centímetros del suelo, evitando una tragedia mayor. El susto fue monumental para todos los presentes, pero en especial para el joven Fidel Trigo, quien, al percatarse de la magnitud del hecho, huyó despavorido a su hogar y se escondió bajo la cama de su abuela, doña Josefa.
Los propios pilotos fueron hasta su casa para calmarlo y asegurarse de que no enfrentaría consecuencias legales. El partido, increíblemente, se reanudó poco después, aunque Trigo no volvió al campo. Finalmente, el club General Genes venció al Presidente Hayes en un partido que quedó para siempre en la historia del fútbol en Paraguay y Sudamérica. La Conmebol, años después, recogió el testimonio del protagonista para preservar una de las anécdotas más insólitas del balompié continental.
























