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Así fue como un oficial peruano salvó la vida de 49 tripulantes dentro de un submarino que se hundía: "Eso fue un milagro"

Tripulantes del BAP Pacocha mostraron señales de vida golpeando el casco del submarino en código Morse.

El capitán Daniel Nieva Rodríguez salvó a la tripulación del Pacocha, sacrificando su vida. Foto: composición LR/Archivo Histórico y Biblioteca Central de Marina.
El capitán Daniel Nieva Rodríguez salvó a la tripulación del Pacocha, sacrificando su vida. Foto: composición LR/Archivo Histórico y Biblioteca Central de Marina.

En agosto de 1988, un ejercicio de entrenamiento rutinario de la Marina de Guerra del Perú se convirtió en tragedia cuando una embarcación submarina sufrió un grave accidente cerca de la costa del Callao.

La colisión con otro buque generó una situación de emergencia tan crítica que, a pesar de ser rápidos, muchos tripulantes quedaron atrapados mientras la nave se sumergía al fondo del mar.

¿Qué decisión tomó el teniente Cotrina durante la evacuación?

El oficial Roger Cotrina decidió permanecer a bordo del submarino para dirigir la evacuación en lugar de escapar. Durante el proceso, abrió la escotilla para liberar a un compañero atrapado, lo que provocó la entrada de agua que lo arrojó hacia abajo.

A pesar de la presión del agua y la profundidad de 15 metros, logró subir de nuevo y cerrar la escotilla manualmente, un acto que requirió una fuerza excepcional, considerada milagrosa dadas las condiciones extremas.

Archivo Histórico y Biblioteca Central de Marina | BAP Pacocha | Marina de Guerra | Callao | oficial Roger Cotrina

Los sobrevivientes del Pacocha se comunicaron con los rescatistas golpeando el casco en código Morse. Foto: Archivo Histórico y Biblioteca Central de Marina.

¿Qué hizo el capitán durante el hundimiento del submarino?

El capitán de fragata Daniel Nieva Rodríguez tomó una acción heroica al ordenar a su tripulación evacuar hacia la sala de torpedos, mientras él, en un acto de sacrificio, cerró manualmente la escotilla para evitar que el agua inundara todo el submarino.

Esta maniobra fue crucial para salvar a 49 tripulantes, aunque le costó la vida al quedar atrapado fuera de la sala, siendo empujado por la fuerza del agua contra unos tubos, falleciendo instantáneamente.

Archivo Histórico y Biblioteca Central de Marina | BAP Pacocha | Marina de Guerra | Callao | oficial Roger Cotrina

Los tripulantes del Pacocha usaron escape a pulmón libre, arriesgando su vida por la presión del agua. Foto: Archivo Histórico y Biblioteca Central de Marina.

¿Qué pasó con el submarino Pacocha?

El hundimiento del submarino Pacocha el 26 de agosto de 1988 fue desencadenado por una colisión con el buque japonés Kyowa Maru, que navegaba fuera de la zona reservada para buques mercantes.

A las 6:40 p. m., el buque japonés, que tenía todas sus luces de navegación encendidas, impactó contra el submarino, abriendo un boquete en la sala de máquinas del Pacocha y provocando un incendio. El impacto sumergió rápidamente al submarino, resultando en la tragedia.

¿Cómo se comunicaron los tripulantes con los rescatistas?

Los tripulantes sobrevivientes del Pacocha se comunicaron con los rescatistas mediante golpes en el casco del submarino, utilizando un código Morse improvisado. Cuando los buzos de la Marina de Guerra llegaron y escucharon estos golpes, respondieron de la misma manera, confirmando que había vida dentro del submarino.

A través de estas señales, los rescatistas y los tripulantes pudieron intercambiar información básica, aunque recibieron la desalentadora noticia de que la operación de rescate tardaría al menos tres días.

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El submarino Pacocha se hundió al chocar con el buque japonés Kyowa Amaru, fuera de la zona para mercantes. Foto: Archivo Histórico y Biblioteca Central de Marina.

¿Qué técnicas se utilizó para escapar del submarino Pacocha?

Los tripulantes del submarino Pacocha utilizaron la técnica de escape a pulmón libre, que consiste en ascender rápidamente a la superficie sin aire en los pulmones para evitar la descompresión.

Cabe precisar que este procedimiento era extremadamente arriesgado debido a la alta presión bajo el agua, que podía causar lesiones graves como embolias, daños irreversibles en los pulmones y cerebro, o incluso la muerte. Además, la falta de visibilidad y el agotamiento físico aumentaban las probabilidades de un desenlace fatal.