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Sociedad

Con trueques y en medio de desechos, migrantes sobreviven en la frontera Perú - Chile

Desde hace 22 días, el límite de ambos países se ha convertido en un campamento de ciudadanos extranjeros que desean ingresar a Perú, pero no pueden hacerlo por falta de visa u otro requisito legal.

Ciudadanos viven en condiciones insalubres en frontera Perú - Chile. Foto: Liz Ferrer / La República
Ciudadanos viven en condiciones insalubres en frontera Perú - Chile. Foto: Liz Ferrer / La República

Tacna. A diario dos ambulantes peruanas recorren el campamento de migrantes ubicado en el límite entre Perú y Chile, para vender sánguches y bebidas. Una de ellas cuenta que los ciudadanos extranjeros le pagan con ropa, ofreciendo sus mejores prendas a falta de dinero. "¿Qué voy a hacer? Da pena también verlos así, sin alimentos", afirma una de ellas.

Desde hace 22 días llegan cientos de extranjeros al límite entre Perú y Chile. Desean ingresar a Perú asegurando que su destino final es Venezuela, Estados Unidos o México. La Policía peruana impide el paso porque Migraciones ha advertido que la mayoría de estas personas no cuenta con los documentos necesarios (visa en caso de venezolanos y carnet de residencia chileno en caso de los haitianos).

El trueque es el único recurso que tienen los migrantes para poder obtener comida. Las organizaciones, como Acnur (agencia para los migrantes), Organización Internacional para la Migración (OIM), la Municipalidad de Arica (Chile) y otros organismos, priorizan la ayuda humanitaria para familias, madres, niños y personas en riesgo.

Los extranjeros que viajan solos, adultos o jóvenes, deben buscar la comida por su cuenta en el desierto. La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales entrega almuerzos algunos días en la semana, pero no de forma diaria. En la zona, solo los ambulantes trasladan alimentos o algún chófer, que de forma caritativa se acerca.

El último martes, un grupo de migrantes bloqueó la carretera de ingreso y salida a Perú. La protesta se inició a las 11.30 a. m. y concluyó a las 6.15 p. m., con violencia. Los ciudadanos extranjeros lanzaron piedras a los policías peruanos (acto que ya se ha hecho frecuente cada vez que hay bloqueos). Otros trataron de ingresar al desierto corriendo por el desierto, pero fueron retornados a la zona.

Desechos

La Municipalidad Provincial de Tacna acudió a la frontera para evaluar la situación sanitaria. El gerente de Gestión Ambiental, Denis Gutiérrez Maquera, informó que se retiraron de la zona de campamento 5 toneladas de basura. Reconoció que la labor de limpieza no es suficiente, dado que es evidente las condiciones insalubres en las que viven los ciudadanos extranjeros.

El lugar se ha llenado de moscas por el calor, el desierto o los residuos. Las bolsas y botellas abundan y el cuadro de niños corriendo alrededor de bolsas abiertas con desperdicios es común. Se instaló una carpa para la ducha de los viajeros y varios hacen cola para poder asearse. Una zanja se ha convertido en un silo para hombres, mujeres y niños.

El Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile ha enviado observadores al límite de Tacna y Arica. Acnur y la OIM se han pronunciado hace días sobre la situación de riesgo en la que se encuentra la población que habita el lugar. A pesar de ello, la crisis lleva más de 20 días sin una solución concreta de parte de los Gobiernos de Perú, Chile y Venezuela.