Sociedad

Puno: Paratía se inundó con los relaves mineros de Ciemsa

Negligencia. En la versión del alcalde de este distrito de Puno, la compañía minera deposita este material residual en el mismo cerro de donde extrajo mineral, luego taponó la bocamina y esta explotó. Hay 120 familias que están en riesgo por contaminación.

Un río de relaves. Las aguas descendieron con furia el martes 4, luego el caudal fue descendiendo. No se descarta que sea agua altamente tóxica. Eso lo dirá informe de Oefa. Foto: La República.
Un río de relaves. Las aguas descendieron con furia el martes 4, luego el caudal fue descendiendo. No se descarta que sea agua altamente tóxica. Eso lo dirá informe de Oefa. Foto: La República.

Roberth Orihuela Quequezana/Colaboración

Enrique Cabana vio todo. Apenas escuchó el estruendo salió de su casa con un celular en mano para grabar. Eran las once de la mañana del martes 4 de abril.

Un río color chocolate llegó a Paratía, pueblo localizado a dos horas de Juliaca-Puno. Provenía de una de las bocaminas de la unidad minera El Cofre. La propietaria de esta mina, en proceso de cierre, es la empresa Consorcio de Ingenieros Ejecutores Mineros SA (Ciemsa).

Las aguas sucias primero inundaron el colegio primario ubicado a 30 metros. Luego se abrieron paso por la calle principal hasta el local del municipio, la plaza y después a la izquierda inundando las casas que se encuentran en todo el recorrido. Finalmente se desviaron hacia el río, que es la cabecera de la cuenca Coata y que desemboca en el lago Titicaca.

Enrique cuenta que los niños salieron corriendo por la parte trasera del colegio ante la presencia de la fuerte corriente.

 Inservible. El colegio de Paratía fue inundado con los relaves provenientes de la bocamina. Foto: La República.

Inservible. El colegio de Paratía fue inundado con los relaves provenientes de la bocamina. Foto: La República.

Los pobladores de Paratía ubicado en la provincia de Lampa (Puno), no estaban preparados para este desborde. Temieron lo peor, el aniego de sus casas y pertenencias. Algunos estaban descalzos y otros con zapatos simples. Así cruzaron el torrente que ocupó el ancho de la calle principal.

El olor era fétido el martes. Este cronista arribó el jueves y los relaves seguían discurriendo por el pueblo con menos caudal. Recién el viernes los ingenieros de la empresa se presentaron, luego de que las autoridades calmaron a la comunidad. De acuerdo con el alcalde de Paratía, Pablo Castillo, la empresa ya empezó a desviar el curso de las aguas para sacarlas del pueblo. “Van a construir una poza detrás de la iglesia donde tratarán las agua y las desaguarán al río otra vez, pero no estamos seguros si eso será suficiente. Además se han comprometido a limpiar el pueblo en los próximos días”, añadió.

De acuerdo con la jefa de Epidemiología de la red de Salud de Lampa, Gladys Torres Condori, hasta el viernes en la mañana se registraron 41 casos de comuneros, niños y ancianos que tenían síntomas de malestares luego de exponerse por cuatro días a los relaves. “Hay casos de dolores de cabeza, irritabilidad en los ojos, náuseas y malestares estomacales (estreñimiento y dolor de estómago), provocados por la exposición a las aguas, el olor y la evaporación desde el martes”, indicó la médico, que llegó el jueves con dos brigadas de Salud para atender a los pobladores. Además, señaló, existe el riesgo de que la población pueda adquirir males respiratorios a futuro. Esto porque podrían inhalar el polvo que se va asentando y luego secando en las calles.

Socavones como depósito de relaves

Los pobladores también se quejan de ardor en la piel, tanto en las piernas como en las manos, pues tuvieron que exponerse directamente a los relaves para cruzar el riachuelo para ponerse a buen recaudo y salvar sus pertenencias.

Enrique explica que la piel le arde y las palmas de sus manos empezaron a pelarse ligeramente. Algunos niños tosen, a otros les duele la cabeza y hay casos de diarreas. “El primer día el olor era muy fuerte. A mí me dolía la cabeza de tanto respirar. No podíamos dormir. Los niños son los que sufren más, tocan el agua y juegan. No son conscientes”, añade el comunero.

Ciemsa está en plan de cierre de la operación minera. Explotaban plomo, plata y zinc. Estos minerales se obtenían mediante lixiviación.

 Ubicación de Paratía y relaves. Foto: La República.

Ubicación de Paratía y relaves. Foto: La República.

Los relaves, fruto de esta operación, iban a una cancha de 12 hectáreas, localizada en el lado norte del pueblo. Básicamente una mazamorra de barro.

Ciemsa tiene la obligación de cerrar este pasivo ambiental para que no representen un riesgo para la población ni el medio ambiente.

En la versión del alcalde, para secar la cancha, la empresa bombeaba los relaves de norte a sur, hacia el cerro de donde explotaron los minerales. Los sistemas de conducción cruzan el pueblo y llegan a un punto llamado nivel 40 de la cima. De ahí descendían por la bocamina a unas pozas pequeñas donde efectuaban el tratamiento con cal. El agua se enviaba a otras pozas y luego al río.

"Pero parece que esto les demoraba mucho y decidieron taponear la bocamina (que está a lado de las pozas) con concreto y llenar los socavones con los relaves. No ha resistido y se ha roto”, explicó Castillo.

OEFA analiza contaminación

Tras la noticia, el Ministerio Público, a través de la Fiscalía Especializada en Medio Ambiente, la Defensoría del Pueblo y el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) se hicieron presentes. Estos últimos, tomaron muestras de las aguas que seguían saliendo hasta el viernes de la bocamina.

Harold Gil, jefe de la comitiva del OEFA, indicó a la población que los estudios serán enviados a Lima para ser analizados por laboratorios especializados, con todos los protocolos que exige la ley. Garantizó, ante la desconfianza de los pobladores, que sancionarán a la empresa en caso se determine que las aguas que han discurrido son relaves sin tratar y extremadamente dañinos para el medio ambiente.

Pero esta no es la primera vez que Ciemsa incumple la normativa y produce contaminación en sus operaciones de la mina El Cofre.

El OEFA le impuso 29 sanciones; 17 de estas por faltas cometidas en la explotación de El Cofre. Y cinco por contaminar el agua.

De acuerdo con el OEFA, entre 2017 y 2019, las aguas que discurrían hacia el río no cumplían los límites máximos permisibles de Ph (acidez de las aguas) y Zinc. El cambio en los niveles de Ph es letal. Produce la muerte de especies acuáticas, como la trucha, ranas y sapos. Por otro lado, los altos niveles de zinc son causantes de náuseas, vómitos, diarreas, cólicos y fiebre en las personas que consumen las aguas contaminadas con este metal pesado.

Mientras tanto, las autoridades de Salud, como la especialista Gladys Torres, han pedido a la población acudir al centro médico de Paratía cuando presenten algún síntoma de malestar. “Toda la atención será gratuita. No importa si no tienen SIS (Seguro Integral de Salud), porque estamos en una emergencia”, apuntó.

Contaminación de la cuenca del río Coata

Los relaves que por más de cuatro días están discurriendo a la cuenca del río Coata, recorrerán más de 100 kilómetros y terminarán desembocando en el lago Titicaca. El presidente del Frente de Defensa del río Coata y el Lago Titicaca, Felix Suasaca, denunció que no es la primera vez que Ciemsa y otras empresas mineras instaladas en la cuenca contaminan el río. Señaló que la contaminación del Coata con metales pesados ya viene de hace varios años y afecta a la salud de todos los pobladores que consumen de estas aguas a lo largo de toda la cuenca.

“Todo Juliaca se abastece del río Coata, que está contaminado con metales pesados. La planta de tratamiento de agua potable no elimina los metales pesados y esa agua estamos tomando. Las consecuencias ya se notan. Más del 80% de la población de la parte baja del río, donde desemboca al lago Titicaca, tiene metales pesados en la sangre. No lo digo yo, sino los tamizajes que han realizado las autoridades de salud”, manifestó Suasaca.