Sociedad

Policía usó cerca de 9 toneladas de bombas lacrimógenas en 10 días de protestas sociales

Mininter solicitó apoyo al sector de Defensa para el recojo de las granadas lacrimógenas que llegaron en un vuelo el 14 de enero procedentes de Brasil y con un costo de 498.000 dólares.

Descontrol y abuso del armamento antidisturbios por parte de la PNP puede ocasionar consecuencias nefastas, como la muerte de protestantes. Foto: John Reyes/La República
Descontrol y abuso del armamento antidisturbios por parte de la PNP puede ocasionar consecuencias nefastas, como la muerte de protestantes. Foto: John Reyes/La República

La Policía Nacional del Perú ha utilizado alrededor de 9 toneladas de bombas lacrimógenas en solo 10 días de protestas sociales en todo el país. Los dispositivos de disuasión habían llegado al Perú el día sábado 14 de enero desde Brasil, según información obtenida por el semanario Hildebrandt en sus Trece.

De acuerdo con la publicación, el Ministerio del Interior solicitó el apoyo del sector Defensa para el arribo urgente del cargamento, a bordo del avión L 100-20 Hércules, con 28.960 cartuchos de gas lacrimógeno, los cuales fueron adquiridos por la PNP en diciembre de 2022 de la empresa Cóndor Industria Químic.

Fuentes de la Policía indicaron que el material fue entregado a la Sección de Control de Armamento de la División Logística PNP y que el 90% ya fue utilizado. Ahora, de nuevo hay desabastecimiento de armamento antidisturbios, hecho que nunca antes se había dado en el Perú.

El medio también reveló que, en diciembre pasado, la Policía entregó una licitación a la Fábrica de Armas y Municiones (FAME SAC) en la modalidad de contratación directa por emergencia, para suministrar unas 2.270 bombas lacrimógenas de cuatro cuerpos, 385 cartuchos de 37/38 mm y 2.355 cartuchos de calibre 12GA con perdigones de goma. Todo eso por un costo de 195.000 dólares.

Tras el uso en su totalidad de los materiales antes mencionados, la Policía demanda la compra de un lote 10 veces mayor que el de la última compra, según indica Hildebrandt en sus Trece.