Sociedad

Pasaje digital: entre la urgencia de un pago sin contacto y el fomento de una modernidad

Abonar con una tarjeta recargable no solo es una innovación en el traslado de los pasajeros, es también una medida con muchos campos por resolver.

El pago digital es una modalidad que se está aplicando entre un grupo de empresas de transporte privadas con la intención de reducir el contacto en medio de la pandemia a causa de la COVID-19. Foto: composición LR / Fabrizio Oviedo
El pago digital es una modalidad que se está aplicando entre un grupo de empresas de transporte privadas con la intención de reducir el contacto en medio de la pandemia a causa de la COVID-19. Foto: composición LR / Fabrizio Oviedo

La modernidad intenta llegar a las arterias urbanas. En noviembre de 2020, a través de la resolución directorial 01-2020-ATU/DIR, la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) aprobó el Estándar de Interoperabilidad Tecnológica para el Sistema de Recaudo Único, una dinámica que le permite al usuario pagar el pasaje con una sola tarjeta en los Corredores Complementarios y en el Metropolitano. En ese orden, la Alianza de Empresas de Movilidad Urbana Sostenible (AEMUS) ha implementado también una modalidad de abono digital a través de la tarjeta Movilízate.

Esta asociación de transportistas urbanos privados, integrada por Urbanito, Etuchisa, La 50 y Nueva América, busca brindarle al público un “servicio de movilidad integrado, coordinado, que tenga el mismo sistema”. Así lo indicó Martín Ojeda Trujillo, asesor y especialista en temas de transportes y abogado de Etuchisa, una de las empresas miembro. La tarjeta recargable se lanzó al mercado el 18 de septiembre de 2021 y Lourdes Vargas, una de las agentes de venta, resalta la acogida por parte del público.

“El público se cuida bastante de esta enfermedad (COVID-19) que nos está agobiando a nivel mundial. Hay mucha gente a la que sí le interesa porque no quiere tener contacto con nadie. Además, el pago es mucho más rápido y seguro”, manifiesta Vargas.

Reproducción de una estrategia con antecedentes

Cuando en el 2020 se dio a conocer la decisión de masificar el uso de una tarjeta en el transporte público, el director de Integración y Recaudo de la ATU, Iván Villegas, resaltó en el portal de la entidad que los dispositivos de lectura eran elementos que ya se habían adquirido en la Ciudad de México, Sao Paulo, Buenos Aires y Lisboa. Frente a esta iniciativa, el especialista Ojeda explica que la colaboración entre las cuatro empresas que conforman la AEMUS está encaminada a “demostrarle al Estado que las empresas formales no buscan situaciones que perjudiquen al ciudadano”, sino que “pretenden mejorar los estándares de vida”:

“Nuestro sistema tecnológico tiene que estar a la par con la norma que rige en otras vías de transporte, como es el caso de los corredores y del Metropolitano. Nosotros no podríamos hacer una tecnología distinta que podría confundir al ciudadano”, advierte Ojeda.

Capacitación para los trabajadores

Pero esta práctica también posee un plano que evidencia la necesidad de un programa integral: una motivación para que más operarios se sumen al impulso de la mejora colectiva. Tanto empleados como empleadores cargan sobre sus hombros la eficacia de una medida y, ante la promoción de este pago digital, ambos grupos han tenido opiniones incompatibles.

Los cobradores, encargados de recolectar los montos de los pasajes, se resisten a ser parte de un sistema que realiza las mismas actividades que ellos. El 2 de noviembre, un grupo de la ruta A de la empresa de transporte urbano Los Chinos llegó hasta los terminales de Puente Piedra y Villa El Salvador para bloquear la salida de buses como protesta por un despido sin previo aviso, según se informó al WhatsApp de La República (941 000 000).

Frente a esta denuncia, Martín Ojeda replicó que sí había sido de conocimiento general la programación de capacitaciones para que los cobradores sean parte de esta decisión tecnológica “que necesita a personas para que verifiquen el ingreso a los buses”, afirmó. Agregó que “de 100, solo han ido dos a las dos veces que se les citó”.

“Nosotros hemos querido darles otras opciones dentro de este sistema, pero para que cumplan otras funciones tienen que estar capacitados”, subrayó el abogado, quien además indicó que la acogida por parte de los conductores sí ha sido alta. Por su lado, Lourdes Vargas señaló que la empresa Etuchisa informó a los cobradores acerca del cambio y que incluso los invitaron para pertenecer al área de ventas y sectoría.

Al cierre de esta nota, un excobrador de Etuchisa manifestó que el caso se está llevando por la vía legal y que para dar una declaración debía consultar con el abogado a cargo.

Primeros resultados

Este plan abarca no solo al uso de una tarjeta que se puede recargar en varios puntos de la ciudad, sino que busca difundir la cultura del país a través de “una experiencia enriquecedora que significará escuchar buena música e información interesante sobre aquello que el Perú produce”, señala la página oficial de AEMUS. Esta última es una estategia que “se realizará progresivamente”, afirma el especialista en transporte.

“Nosotros consideramos que en seis meses (en marzo de 2022) habrá resultados: una mayor cantidad de empresas que acepten este tema, porque siempre es importante que los lineamientos políticos vayan hacia la formalidad”, sostiene Ojeda. Él calcula alrededor de cuatro millones de soles por parte de una de las empresas asociadas. “Ese monto en inversión tecnológica. (…) Y para que una empresa se sume, el único requisito es invertir, nada más que invertir”, concluyó.

A propósito de la informalidad

De acuerdo con los datos del INEI, publicados en el último mes de septiembre, la informalidad laboral en los últimos doce meses alcanzó al 78,2% de peruanos. Es una cifra que posee un incremento de 3,7 puntos porcentuales frente a la contabilizada en el 2020. En el área urbana, la informalidad está representada por un 73% y en el área rural por un 95,6%.