Sociedad

Caso Mariella Baca: a nueve meses de su muerte, el presunto feminicida sigue libre

Impunidad. La familia de Mariella Baca no solo tiene que cargar con la muerte de la joven empresaria de 32 años, sino que también debe luchar a diario para conseguir una condena para el presunto feminicida. Una seguidilla de hechos e irregularidades no han hecho más que desnudar el precario sistema de justicia que hay en el país.

La familia de Mariella Baca sigue alzando su voz para pedir justicia. Foto: Ni una menos Lambayeque
La familia de Mariella Baca sigue alzando su voz para pedir justicia. Foto: Ni una menos Lambayeque

Mariela del Socorro Brion, desde hace nueve meses, repite la misma historia, la más triste por la que ha pasado. No quiere hacerlo, pero sabe que solo así el caso de su hija llegará a más personas que la ayudarán a buscar justicia. El 30 de enero de este año, Mariella Baca murió en circunstancias que todavía le estrujan el cuerpo y el corazón. El presunto feminicida, quien era su pareja, aún sigue en libertad y protegido por unas autoridades que, ante la ciudadanía, aseguran que acompañan y velan por las mujeres.

La joven de 32 años conoció a Rodrigo Pacheco Bado en Chiclayo. De lunes a jueves, ambos vivían juntos en la casa de los padres de la administradora y los fines de semana se iban a una residencia que tenía el hombre, la cual estaba ubicada por la carretera de Pimentel.

La noche del viernes 29 de enero, la mujer salió de su vivienda con la promesa de que iba a regresar el lunes para retomar sus labores. Ese día, su pareja la recogió en su camioneta negra de placa AUJ 897, según las imágenes que captaron las cámaras de seguridad de la zona. La fémina, apresurada, subió al vehículo sin imaginar que ese mismo auto, horas después, iba a terminar con su vida.

“Ella se iba a la casa de playa de su pareja y esa era la rutina de todos los fines de semana. Ellos tenían dos meses y medio, recién lo había conocido. Mi hija ya me había comentado que iban a vivir juntos en casa de él”, recordó con pesar Mariela del Socorro Brion.

La relación proyectaba que iba por su mejor momento; sin embargo, esto se esfumaba cuando el hombre libaba licor. Su carácter explosivo, asfixiante, obsesivo y sus constantes celos afloraban delante de las y los amigos de la víctima cuando estaba pasado de copas. Semanas atrás del siniestro, la madre de la joven también había sido testigo de estas actitudes. En ese momento, el sujeto había dejado abandonada a Mariella Baca en una carretera tras una discusión.

Yo lo traté poco porque había algo en él que no me gustaba. Era como un presentimiento que tiene una madre. Fue una relación demasiado rápida y yo cuando lo veía solo intercambiaba unos buenos días, buenas tardes, buenas noches. Ellos vivían aparte, ya que la escalera para el segundo piso era independiente. Nunca tuve una conversación larga y tendida con él. Parece que esto ya lo presentía”, detalló la progenitora, quien cada vez tiene más dificultades para relatar los hechos.

Rodrigo Pacheco Bado es un próspero empresario de Chiclayo. En 2013 entró a la cárcel tras protagonizar un accidente de tránsito, donde murieron cuatro personas. Foto: Justicia para Mariella Baca

Rodrigo Pacheco Bado es un próspero empresario de Chiclayo. En 2013 entró a la cárcel tras protagonizar un accidente de tránsito, donde murieron cuatro personas. Foto: Justicia para Mariella Baca

El caso

El Sol se asomó el sábado 30 de enero del 2021. Esto parecía el presagio de un buen fin de semana. Mariela del Socorro Brion y su hija se encontraron en la casa de playa. Conversaron, almorzaron y luego prometieron juntarse un día después. Como el encuentro sería inmediato, la madre de familia abandonó la vivienda sin despedirse de la modelo de 32 años, quien era conocida como ‘Maricar’.

Horas más tarde, la mayoría de los invitados que estaban en el inmueble se retiraron. La casa lujosa y de varios pisos solo contaba con la presencia de la pareja y dos amigos más, quienes ahora son testigos claves en el caso: Jonathan Cruz Paico y Carlos Rogelio Mora Ucañay, ambos de 32 años.

Los tragos iban y venían, y la personalidad violenta de Rodrigo Pacheco Bado ya estaba haciéndose notar. Alrededor de las 11.00 p. m., el hombre, luego de una presunta pelea, salió con su arma de fuego para ahuyentar y amenazar a todos. Desesperados, Mariella Baca y sus amigos huyeron de la vivienda en una camioneta. En el camino, la mujer llamó agobiada a su hermano, pero la comunicación se cortó luego de que el automóvil donde se movilizaban recibiera un fuerte impacto.

“A gritos le decía que quería hablar conmigo. Durante esos segundos, dijo que su pareja venía atrás de ella y sus amigos con un revolver”, relató la madre de familia, quien aún se lamenta por no haberse despedido de la empresaria. Esta versión también fue respaldada, en un inicio, por Jonathan Cruz Paico.

En medio del pánico y la zozobra, la familia salió en búsqueda de la joven. En el patrullero de la Policía Nacional del Perú (PNP) solo podían entran dos personas, por lo que optaron que vaya el padre y el hermano. El progenitor, hasta ese momento, desconocía las acusaciones contra la pareja de su hija.

Durante el recorrido, los deudos se toparon con la camioneta negra que manejaba Rodrigo Pacheco Bado; sin embargo, la dejaron pasar. Los uniformados que estaban en el vehículo oficial también observaron al hombre, quien hoy es investigado por feminicidio.

Kilómetros más abajo de la vía que une los distritos de Pimentel y San José, en Chiclayo, divisaron el carro accidentado. El llanto desesperado de Jonathan Cruz Paico los direccionó a dicho lugar. Carlos Rogelio Mora Ucañay, quien manejaba la camioneta siniestrada, no estaba en la zona de los hechos, ya que se había ido a buscar ayuda. Solo faltaba ubicar a ‘Maricar’.

No obstante, las esperanzas de encontrarla con vida se fueron una vez que hallaron su cuerpo tirado unos metros más allá. Según el parte policial, la anfitriona murió de manera instantánea debido a un traumatismo craneoencefálico severo.

‘Maricar’ era muy allegada a su familia. Como meta a corto plazo quería poner un taller de confección junto a su madre. Foto: Justicia para Mariella Baca

‘Maricar’ era muy allegada a su familia. Como meta a corto plazo quería poner un taller de confección junto a su madre. Foto: Justicia para Mariella Baca

Irregularidades

Abogados y fiscales saben que las primeras horas luego de las tragedias son fundamentales para recabar información; no obstante, para el fiscal Máximo Medina Lucano, de la Tercera Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Chiclayo, las cosas no son así. El especialista fue el primero en asumir el complejo caso de Mariella Baca, el cual, al inicio, se dejaba entrever que era un simple accidente de tránsito.

Pasaron varias semanas luego del último día de enero y, lejos de ayudar con la investigación, la familia y la defensa de ellos, el abogado Enrique Herrera, sintieron que el fiscal poco o nada estaba haciendo para capturar a Rodrigo Pacheco Bado, un próspero empresario de Chiclayo que es conocido por codearse con las familias más importantes de la ciudad.

El imputado, recién al tercer día de los hechos, se acercó a la comisaría del sector para pasar la prueba de absorción atómica, la cual suele practicarse como máximo 48 horas después del suceso a fin de obtener resultados más certeros y precisos.

Esa misma tarde, las autoridades le pidieron al empresario que entregue su camioneta. El hombre se apegó a la justicia, pero presentando otro vehículo y no el que manejó el día del accidente. Al verse descubierto, se vio en la obligación de poner a disposición el carro negro de placa AUJ 897, el mismo con el que recogió a la víctima horas antes del feminicidio.

Cuando las autoridades se disponían a revisarlo, se dieron con la sorpresa de que la parte delantera del auto había sido pintada recientemente.

“Le pidieron que pase pericia toxicológica y no la ha pasado. Ha presentado una pericia toxicológica de parte, pero esa no tiene tanto peso como la que le habría hecho el Ministerio Público. Él (Rodrigo Pacheco Bado) nunca reconoce que ha ocurrido el accidente por obra de él y también asegura que no manejó la camioneta”, subrayó el abogado Enrique Herrera.

Acusado ya estuvo en la cárcel

En el 2013, Pacheco Bado ocasionó un accidente de tránsito en la carretera Chiclayo – Monsefú. Producto del fatídico hecho, cuatro personas murieron, entre ellos se hallaba una menor de 3 años. El hombre, que manejaba en estado de ebriedad, huyó del lugar a fin de evadir responsabilidades; sin embargo, horas después lo hallaron y trasladaron a la comandancia policial.

El empresario fue investigado por homicidio culposo y luego condenado a 4 años de cárcel. El Poder Judicial también le canceló su licencia de conducir, pero solo por el periodo de la pena. Es así que, al abandonar la prisión, el sujeto volvió a tramitar su permiso, con el que ahora se moviliza.

Él aceptó los cargos y estuvo en prisión más de un año. Luego salió por un tema de beneficios y porque pagó la reparación civil. Lo que es discutible es que él no podía tener nunca más una licencia de conducir, pero cumplida la condena lo volvió a obtener, por eso puede transitar libremente”, comentó el letrado.

No tenía permiso para portar arma

La Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (Sucamec) confirmó a este diario que el empresario no tenía licencia para portar pistolas, lo que significa que estaría incurriendo en el delito de tenencia ilegal de armas, que tiene como pena base los seis años.

¿Cómo va la investigación?

El caso, desde el 15 marzo, está en manos de la fiscal Karen Ruth Padilla Tenorio. No obstante, recién en julio fue cuando empezaron con la recolección de datos, ya que durante los meses previos hubo varios cambios de magistrados. En este paso, las pesquisas ya eran por feminicidio.

En lo que respecta a Rodrigo Pacheco Bado, él ha negado ser el responsable de la muerte de Mariella Baca y en su lugar aseguró que el accidente de tránsito ocurrió porque Carlos Rogelio Mora manejaba en estado de ebriedad.

“La tesis de Pacheco es que él no ha chocado a nadie y que Carlos manejó ebrio, por lo que se accidentó. También dice que no salió de su casa para perseguirlos, como dicen los testigos”, detalló el letrado Enrique Herrera.

Sin embargo, el argumento del empresario perdió peso ante el dosaje etílico que se le practicó a Carlos Mora, ya que salió negativo.

El amigo de la víctima y quien manejó la camioneta la fatídica noche del último 30 de enero, por su parte, reafirmó que el acusado los botó de su casa con un arma de fuego y que los persiguió por la carretera hasta que impactó su auto contra ellos.

Un poco más impreciso fue Jonathan Cruz Paico, quien ahora dice ante Fiscalía que no escuchó balazos y que tampoco está seguro si Rodrigo Pacheco Bado los siguió hasta chocar su automóvil.

La empresaria y modelo murió un viernes 30 de enero alrededor de las 11.17 p. m. Luego de varios meses, el caso fue investigado por feminicidio. Foto: Justicia para Mariella Baca

La empresaria y modelo murió un viernes 30 de enero alrededor de las 11.17 p. m. Luego de varios meses, el caso fue investigado por feminicidio. Foto: Justicia para Mariella Baca

Casos de feminicidio no tienen cuándo parar

Hasta setiembre del 2021, se han reportado 105 casos de feminicidios en el Perú, de los cuales, 20 fueron en Lima Metropolitana y siete en La Libertad. Junio y enero fueron los meses donde se atendieron más casos con estas características, precisó el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) a través de su Programa Nacional para la Prevención y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres e Integrantes del Grupo Familiar (Aurora).

Del total de las víctimas, la mayoría tenía entre 18 a 29 años y de 30 a 59. Gran parte de estos sucesos fueron perpetrados por parejas y exparejas de entre 18 a 29 años.

La familia, que día a día alza su voz de protesta, no quiere que Mariella Baca sea parte de la estadística. Por ello, pide apoyo al Ministerio Público para que el caso avance y encierren al responsable, quien continúa en libertad disfrutando de las cosas que le trucaron a la joven de 32 años a principio de año.

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