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Sociedad

Caso Book Vivant: una muestra de la intolerancia y la desinformación

En San Isidro. Dueño de librería dice que mujeres no deseaban dialogar. Psicoanalista Caplansky: “Vivimos una anomia colectiva”.

Representante. La librería Book Vivant tiene ahora más seguidores, dice Guillermo Rivas. Foto: difusión
Representante. La librería Book Vivant tiene ahora más seguidores, dice Guillermo Rivas. Foto: difusión

Hace unos días, dos mujeres despotricaron contra la librería Book Vivant, ubicada en San Isidro, por vender el libro Imaginemos un Perú… y hagámoslo mejor, escrito por el expresidente Francisco Sagasti, a quien acusaron de supuestos vínculos terroristas y el “fraude” de las elecciones. El episodio se hizo viral en las redes sociales.

El incidente ocurrido en la calle Dasso nos lleva a reflexionar sobre lo que se observa en la acusación, así como fortalecer los espacios de diálogo. De acuerdo con Guillermo Rivas, representante de Book Vivant, la situación anuló el diálogo en ese momento, debido a que las mujeres buscaban solo imponer un punto de vista y se retiraron sin esperar su respuesta.

“Fueron personas que entraron enojadas, gritaron un poco, enojadas por un libro que teníamos en la librería y en ese momento ni siquiera estaba en exhibición, no había ningún evento. Intentamos conversar, pero se fueron”, añade.

Para la psicoanalista Matilde Caplansky, la pandemia de la COVID-19 y el contexto político nacional ha llevado a la sociedad a una situación de anomia colectiva, toda vez que los ánimos están exacerbados.

“Venimos de una situación de pandemia universal, eso nos ha irritado y deprimido. El tema político ha sido otra pandemia que nos ha irritado, nos estamos moviendo con prejuicios, mentiras, en una suerte de sálvese quien pueda. Es más cercano a una anomia colectiva, donde todos estamos contra todos”, enfatiza.

Opina. Matilde Caplansky dice que hay mucha desinformación. Foto: difusión

Opina. Matilde Caplansky dice que hay mucha desinformación. Foto: difusión

Asimismo, Caplansky incide en que las personas con un discurso basado en la desinformación y el terruqueo están fuera de la realidad, carecen de sustento y niega la capacidad crítica. “La gente cuando está irritada y frustrada sea por trauma, ataques, dice cualquier cosa. Las mujeres están en una librería y mienten a mansalva, están fuera de la realidad. Hay que saber expresar y pensar, difamar es casi susceptible de un juicio, un juicio por difamación”, agrega.

Ahora bien, debido al incidente, Book Vivant ganó más lectores el último fin de semana, incluso jóvenes se acercaron al local desde varios distritos. En tanto, su cuenta de Twitter, que no superaba los 5 mil seguidores, ahora tiene más de 18 mil.

El Ministerio de Cultura también se solidarizó por medio de un comunicado, en el que resaltó a las librerías como espacios de encuentro y debate.

“Lo que sucedió es que mucha gente nos habló. Se generó el objetivo de la librería, potenciar el diálogo con respeto mutuo y hacer que la construcción de nuestra ciudadanía y democracia se haga con la diversidad de ideas”, explica Rivas.