Sociedad

El reto de Tacna es convencer a jóvenes para que se vacunen contra la COVID-19

No cierran. Balance en esta región es positivo pero las brechas se amplían en grupos etarios más jóvenes. Estos consideran que no necesitan protección y en otros se imponen creencias absurdas.

Vacunación se realiza en los vacunatorios Coronel Bolognesi, Francisco Antonio de Zela, Enrique Paillardelle y el vacunacar del Parque Perú. Foto: Diresa Tacna
Vacunación se realiza en los vacunatorios Coronel Bolognesi, Francisco Antonio de Zela, Enrique Paillardelle y el vacunacar del Parque Perú. Foto: Diresa Tacna

Marcos tiene 27 años y no se vacunó contra la COVID-19. Teme de los efectos a largo plazo de la vacuna. Considera que su juventud y la ausencia de comorbilidades lo ayudarán a mantenerse saludable. Su decisión ha sido cuestionada por sus amigos y compañeros pero él decidió no dar marcha atrás.

Él pertenece al grupo que no ha accedido a la inmunización en Tacna, región que ha sido felicitada a nivel nacional por su rápido avance en la campaña. Hace una semana, el Ministerio de Salud (Minsa) llamó la atención a las regiones como Tacna que vacunan adolescentes y los invocó a que cierren las brechas en las poblaciones de mayor edad.

Tacna confía en la vacunación para frenar una tercera ola de la pandemia. Sus autoridades sanitarias señalan que la inmunización logró que las cifras de COVID-19 disminuyeran hasta llegar a cero muertes diarias. Según el Repositorio Único Nacional de Información en Salud, el 50.2% de la población objetivo tacneña (319 mil habitantes) cuenta con dos dosis.

Francisca Reyes Arellano, especialista en Bioética, disciplina que estudia las cuestiones éticas derivadas de las ciencias biológicas y médicas, advierte que el reproche de parte del ministerio hacia Tacna es injustificado sobre el cierre de brechas. Explica que tanto los ensayos clínicos, como los estudios sociales, consideran a un porcentaje de ciudadanos que abandonará la vacunación o la rechazarán.

Los motivos de este grupo pueden estar basados en el tema de la salud o el factor social. Reyes explica que en el primer grupo están aquellos que por su condición o reacciones a componentes de la vacuna, no puedan recibirla. O aquellas personas que desconfían de los efectos de la vacuna a largo plazo.

En los motivos sociales, están los ciudadanos que se niegan a vacunarse por razones ideológicas o por creencias conspirativas (sin mucha base científica). Ahí también deben ser considerados aquellos que lo harán porque no se sienten en riesgo frente a la pandemia.Sobre lo último, Reyes comenta que las poblaciones más jóvenes tienen una sensación de riesgo menor frente al virus a diferencia de los adultos mayores.

Lo dicho por la especialista se refleja en las cifras de Tacna. Si se analiza la vacunación por grupos etarios, el porcentaje de cobertura disminuye mientras más joven es el grupo etario. Por ejemplo, en los adultos mayores Tacna logró más del 70% de cobertura pero en los jóvenes de 19 a 29 años se tiene un 32%.

Reyes recuerda que los patrones de comportamientos son diferentes en cada grupo etario, y eso se puede ver en Portugal, Brasil y Argentina, donde se han realizado investigaciones al respecto. En esos países se ha denominado termómetro social COVID-19 a la evaluación de los factores como la sensación de riesgo, el comportamiento y el apego a las medidas de protección.

Con 80% de vacunados se alcanza inmunidad

La Organización Mundial de la Salud propone que la inmunidad del rebaño comienza a alcanzarse cuando el 70% de la población se encuentra inmunizada. Reyes resalta que los inmunólogos y epidemiólogos tienden a creer que se requiere un porcentaje mayor al referido por la OMS (80% a más).

El gerente del gobierno regional de Salud, Luis Valdivia Salazar, anunció que Tacna alcanzará el 75% de cobertura de vacunación en octubre con miras a lograr la apertura de las fronteras terrestres con Chile y Bolivia. Quieren la reactivación económica además de salud.

Reyes concluye que el mejor enfoque de la vacunación contra la COVID-19, es considerarlo como un acto de solidaridad con los más vulnerables. “Me vacuno no por obligación y no por un bien propio sino por el bien a un tercero que no accede a la vacuna.”, puntualiza la especialista.

cobertura vacunacion

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