Durante pandemia, Cuna Más atiende a 60.000 niños y 116.000 familias
Programa cumple nueve años en la búsqueda de garantizar el desarrollo infantil temprano para menores de 3 años en condiciones de pobreza extrema. ¿Cómo adaptaron sus servicios ante la llegada de la COVID-19?
Casi un año después de la llegada de la COVID-19 al Perú, el programa Cuna Más sigue adaptándose para atender a la primera infancia. Así, actualmente atiende a 60.000 menores de 36 meses y acompaña a 116.000 familias usuarias, a fin de promover su acceso a su plan de vacunación, alimentación balanceada y desarrollo.
Este 23 de marzo, el programa del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social cumple nueve años de labor y en dicho lapso brindó sus servicios a más de 163.000 niñas y niños, además de 200.000 familias, usuarios que egresaron del programa, según señaló la directora ejecutiva de Cuna Más, Carmen Sevilla Carnero.
“Ha sido un reto en este contexto de pandemia mantener la calidad del servicio y la adherencia de nuestros usuarios. El que continúen es una muestra de que seguimos respondiendo a sus necesidades y expectativas como programa”, indicó a La República.
Vale precisar que, hasta antes de que se reportase el primer caso de coronavirus y se decretara el estado de emergencia nacional, los menores y las familias beneficiarias recibían su atención a través del Servicio de Cuidado Diurno (SCD) y el Servicio de Acompañamiento a Familias (SAF), ahora suspendidos temporalmente de manera presencial.
Sin embargo, ello no ha limitado que los infantes sigan recibiendo los cuidados que requieren, pues el servicio se adecuó al contexto pandémico y mensualmente se entregan se entregan canastas alimentarias para los usuarios del Servicio de Cuidado Diurno, kits de higiene y protección y kit de Desarrollo Infantil Temprano para los usuarios de los dos servicios.
Además, los 41.000 actores comunitarios —desplegados a nivel nacional—, como madres cuidadoras, cocineras e integrantes de los comités de gestión y vigilancia, ahora se encargan de velar por la atención de los niños a través de mensajes de texto, llamadas, comunicación por WhatsApp y otros medios tecnológicos. En el caso de zonas rurales se da seguimiento a los beneficiarios a través de radios comunitarias, parlantes o visitas a domicilio.
“El programa nacional ha desplegado a lo largo de los años un trabajo coordinado y empoderado desde la comunidad, y esto le genera un valor muy importante a la prestación de los servicios. En el modelo de cogestión que tenemos con la comunidad, hay un voluntariado de parte de las propias personas de la comunidad que se organizan, y nosotros los capacitamos constantemente a nivel nacional”, explica Carmen Sevilla.
“Eso nos ha permitido que ellos continúen haciendo la prestación de sus servicios a través del acompañamiento y seguimiento mediante mensajes o consejería telefónica. Además, son ellos los que se organizan en todo lo que tiene que ver con la gestión y compra de los alimentos no perecibles, la distribución de las canastas a las familias. También los orientan presencialmente a través de cartillas sobre higiene y protección, y además refuerzan los mensajes de prevención de la COVID-19”, añade la directora de Cuna Más.
Precisamente, la participación de los actores comunales es tan vital que estos son quienes reciben las transferencias de dinero para la compra de las canastas de víveres (que brindan los aportes nutricionales básicos) e implementos de protección que reciben mensualmente los niños beneficiados.
Para el caso del Servicio de Cuidado Diurno se les entrega dos tipos de canastas diferenciadas por grupo etario. Para niños de 6 a 18 meses tiene un costo de 70 soles, mientras que la canasta para menores de 18 a 36 meses tiene un valor de 90 soles.
Cuna Más adapta sus servicios a la no presencialidad. Foto: Midis
Asimismo, en el marco de la Política Nacional de Desarrollo Infantil Temprano, el programa también busca el involucramiento de los padres y madres con respecto a la interacción y el uso del juego en su formación. Por ello, por única vez se les entregó un kit de desarrollo infantil compuesto de juguetes y cuentos, de acuerdo con la edad de los menores. “En la mensajería reforzamos cómo utilizarlos, cómo contarles los cuentos de manera divertida, a fin de que genere la atención de sus hijos e hijas”, cuenta la especialista.
Como la salud es un derecho fundamental, más en el contexto de la pandemia, el servicio también se encarga de articular con los gobiernos locales y el sector salud para dar seguimiento a su control de crecimiento, su acceso a vacunas, suplementación de hierro y dosaje de hemoglobina a fin de prevenir y combatir la anemia.
Finalmente, la especialista saludó el rol de la comunidad en la prestación de los servicios, ya que se genera un impacto positivo que beneficia a los menores, debido al vínculo de confianza y cercanía permanente porque viven en la zona.
“Además, en el caso de comunidades de pueblos indígenas u originarios, el servicio lo brindan en la misma lengua de la comunidad, y eso nos permite llegar con pertinencia cultural a ellos. Y los materiales que desarrollamos para ellos también los trabajamos respetando la cosmovisión, y también en lenguas originarias”, enfatizó.