La otra reactivación... pero de los conflictos sociales
No descuidemos al sur. El 2020 será recordado por un año intenso, a la crisis sanitaria devino la económica, política y social traducida en la activación de conflictos reclamos ciudadanos que no son atendidos por el diálogo. En el sur hay 58 pendientes.
El Perú parece un país minado por los conflictos sociales. Estallan en cualquier momento sobre todo cuando se aprecia el desinterés o debilidad institucional para buscar una salida mediante el diálogo. Lo ocurrido en Ica y en el norte peruano puede prender la mecha de otras expectativas, reclamos en donde el Estado aplica la política del bombero: acude cuando la pradera está incendiándose.
El sur peruano es una zona sumamente conflictiva. La Defensoría del Pueblo identifica 58 conflictos sociales en Tacna, Puno, Arequipa, Moquegua y Apurímac. La mayoría de ellos, activos y están referidos a la minería, agua, explotación de recursos naturales, problemas de límites, entre otros.
Cusco lidera la lista con 20, 16 activos y cuatro latentes. Ocho vinculados a reclamos contra la minería.
Corredor minero bloqueado
Las comunidades tienen reclamos permanentes contra MMG Las Bambas, Antapaccay o Hudbay. Estas empresas sacan su mineral por el corredor minero y sufren el bloqueo de esta vía cuando las protestas se radicalizan.
En Espinar- Cusco, el presidente del Comité de Lucha, Fredy Llaique, dijo que hay preocupación porque la mesa de diálogo instalada en agosto pasado no avanza en la solución de las demandas. Está pendiente la reformulación del Convenio Marco, aporte de Antapaccay para obras en las comunidades; la consulta previa al nuevo proyecto minero de la compañía y atención a las personas con metales pesados.
Hay comunidades de Chumbivilcas donde MMG Las Bambas tiene deudas pendientes. Uno de los acuerdos es que la minera entregará cada año 700 mil soles, dos tractores y semillas de avena.
En Apurímac, la población del distrito de Challhuahuacho, ubicado en la provincia de Cotabambas, empezó el lunes una huelga indefinida. Exigen a MMG Las Bambas obras de desarrollo y que pague canon minero a partir de 2021. La compañía china tiene el beneficio tributario de la depreciación acelerada de su maquinaria. Con esta norma no reporta utilidades anuales, no pagan impuestos y, por ende, no hay canon.
La sangre aún no ha llegado al río con el servicio de trenes hacia la Machupicchu Pueblo. Las dos empresas operadores incrementaron la tarifa lo que perjudica la afluencia de visitantes a la ciudadela inca. El lunes empezó el diálogo. Hasta el 10 de diciembre las operadoras deben presentar soluciones.
El jefe de la Oficina Defensorial, Jacinto Ticona, expresó preocupación por tres conflictos en Puno: la contaminación de las cuencas de Coata y Llallimayo, y la construcción del proyecto hídrico Vilavilani Fase II (de Tacna). En los tres la solución depende del gobierno nacional. Las comunidades ya han lanzado amagos de efectuar paralizaciones ante la desatención del Estado en todos sus niveles.
Efecto protesta
El sociólogo y docente del Departamento Académico de Ciencias Sociales y Políticas del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, Omar Manky, explicó que en la literatura sobre conflictos hay una lógica: un grupo con demandas insatisfechas se fortalece para presentar sus reclamos después de que otro conflicto más grande haya sido resuelto a través de la protesta. La expulsión de Manuel Merino del poder prendió las protestas en Ica, luego pueden venir otras.
La característica de estas movilizaciones ciudadanas no obedecen a un liderazgo concreto, sin sindicatos tradicionales o líderes.
“Lo que vemos ahora es eso: ciudadanos con sus demandas postergadas hace mucho tiempo (agricultores de Ica) y que no han podido expresar por los canales, por ejemplo los sindicatos “, relató el profesional.
Para el sociólogo, la ausencia de líderes genera un problema. Con quien dialoga el Estado, qué demandas atiende o que prioriza.
Reconoció que hay expectativas para que el gobierno transitorio de Francisco Sagasti haga en los siguientes meses lo que no se hizo en 15 o 20 años. “Si es que queremos resolver los conflictos hay que bajar la expectativas”, sentenció.
Enfatizó que los conflictos latentes son también oportunidades para que la sociedad civil construya liderazgos de los cuales hoy carece. Y del otro lado, empresas o Gobierno, debe existir esa voluntad para promover esos líderes. Prohibir sindicatos no es el camino.
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