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Sociedad

Nuevos protocolos en la Policía para combatir el crimen y la COVID-19

Policía. Con la pandemia cambió todo hasta la forma cómo se ingresa a una comisaría o cómo se interviene a un detenido. PNP toma estas medidas para evitar los contagios.

protocolos.  Ciudadanos deben llevar mascarilla y dejarse medir la temperatura antes de ingresar a una comisaría. El proceso es engorroso pero necesario.
protocolos. Ciudadanos deben llevar mascarilla y dejarse medir la temperatura antes de ingresar a una comisaría. El proceso es engorroso pero necesario.

La Policía fue una de las instituciones más golpeadas por la pandemia. En Arequipa, murieron 27 efectivos activos en la primera línea de combate. La mayoría pereció en junio y julio, meses en los cuales no había camas UCI ni oxígeno en los hospitales. Hoy solo hay 6 hospitalizados de un total de cinco mil policías en la región.

En esta institución no se descarta la inmunidad de rebaño, pese a ello, la Policía no baja la guardia. La sala situacional de esta institución indica que 2971 agentes se contagiaron del virus, más de la mitad de efectivos a nivel regional.

Para evitar el contagio y posible recontagio, adoptaron protocolos sanitarios que se cumplen al pie de la letra. El uso del alcohol en gel, guantes, lentes, y mascarillas, forman parte del equipamiento de rutina.

En las diferentes unidades y comisarías también cambió la forma de atención al público. Si antes un ciudadano acudía a presentar una denuncia o era citado, solo presentaba su DNI en la puerta. Ahora no. Este debe pararse en una bandeja de desinfección para los zapatos, mientras el agente de guardia le toma la temperatura. Si arroja más de 38 °C, no ingresa y se le deriva a una posta cercana para su prueba rápida.

Antes de ingresar se le somete a una desinfección total de las prendas, manos y hasta del DNI.

El traslado de los detenidos también ha cambiado. El efectivo reduce el contacto con este. Si debe firmar algún documento, también se desinfecta antes y después los objetos a usar. Tampoco se permite más de dos detenidos por celda si esta es muy pequeña.

Otro cambio radical es durante las intervenciones. Antes, un policía podía reducir a la fuerza si un delincuente en flagrancia se resistía. Ahora se hace todo lo posible para mantener la distancia y solo cuando sea muy necesario se usa la fuerza. Para ello el agente debe estar con sus guantes y evitar tocar el rostro, nariz, boca cabellos y manos del detenido. Si la detención es de esta forma, lo que sigue es la desinfección total del detenido y también del grilletes, vara, arma, etc.

Según el jefe de la novena macro región policial, general PNP Víctor Zanabria, la cartilla de los protocolos lo tienen las dependencias y deben cumplirse. Informó que, hasta la fecha, el coronavirus ha causado la muerte de 67 personas en la institución. 27 policías en actividad, 36 retirados y 4 empleados civiles. “No queremos más dolor en la familia policial”, indicó.

Llevaron virus a casa

Si bien es cierto que 2914 solo tuvieron sintomatología leve y vencieron al virus sin mayor problema, algunos contagiaron y provocaron desgracias. Es el caso de Marco, un agente de 28 años de edad. Su padre se contagió y murió hace un mes. “Me hice dos pruebas rápidas y salió negativo. Cuando mi papá dio positivo me hice una molecular, y recién me salió positivo. Toda mi familia se contagió y perdimos a mi padre”, cuenta.

Un caso similar pasó el superior Jesús, que también tiene su hijo Policía. No saben quién de ellos llevó el virus a su familia, pero todos se contagiaron. "Me alegré cuando mis suegros se recuperaron pese a tener más de 80 años, pero mi cuñado que tenía 27 años, falleció. Hasta antes de su muerte nadie sabía que tenía diabetes, narra.

Estas historias son repetidas en la Policías. El efectivo no enferma pero lleva al virus a casa. “Por eso nos desinfectamos y lavamos la mano cada vez que tocamos algo”, cuenta un agente de Robos, en cuya unidad el 95% dio positivo al virus.

Revela que en julio, un grupo se contagió tras los operativos y detenciones. Se aislaron todos. “Felizmente solo uno llegó al hospital y luego se recuperó. Los demás fuimos asintomáticos. Fue traumático estar encerrado. Más allá de los síntomas, me afectó más la cuestión psicológica. Saber que, si sales a la calle, puedes contagiar. Hemos pasados muchas cosas como para bajar la guardia. Si todos cumplimos las recomendaciones, es probable que derrotemos al virus incluso antes de la vacuna”, reflexiona.

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