Dictan prisión preventiva para banda que trató de matar a jefes policiales
Encerrados. Los cuatro detenidos pasarán nueve meses de prisión, mientras duren las investigaciones del Ministerio Público por el delito de extorsión, por el cual se les acusa.
Los cuatro presuntos delincuentes de la banda Los Injertos de Santo Dominguito, que fueron capturados en un operativo del Ministerio Público y agentes policiales de la Sección de Secuestros y Extorsiones de Trujillo, fueron encerrados con prisión preventiva.
El Poder Judicial ordenó nueve meses de cárcel, mientras duren las investigaciones, por el delito de extorsión para Milton Edy Acevedo Fernández (41) (a) “Tuca” y Ana Raquel Vega Muñoz (19) (a) “Raquelita”, en tanto los menores de edad de iniciales J.L.A.J. (15) (a) “Huachi” y A.E.P.P. (17) (a) “Alex”, fueron recluidos en el Centro de Diagnóstico y Rehabilitación Juvenil de Trujillo (ex Floresta).
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Como se recordará, los cuatro hampones fueron capturados el último martes tras el descerraje y allanamiento de un inmueble en las instalaciones del mercado Santo Dominguito, ubicado en el jirón Asencio de Salas s/n de la Urb. Santo Dominguito, donde se encontró mechas para explosivos, cartuchos de dinamita, una granada y gran cantidad de munición para fusil y pistola.
También se hallaron varios recortes periodísticos con las fotos y nombres de los jefes policiales de La Libertad, general PNP Lucas Núñez Córdova y el coronel PNP Edwin Dávila Paredes. Estaban marcadas con una cruz roja en la frente.
Para los investigadores de la Policía, los delincuentes estaban planificando atentar contra la vida de los altos mandos policiales de La Libertad.
Además, de acuerdo a la investigación del Ministerio Público, el hampón “Tuca” mantenía comunicación constante con internos del establecimiento penitenciario de Trujillo, con quienes coordinaba actos de extorsión y homicidios contra sus presuntas víctimas.
Para amedrentarlos hacían uso de cartas intimidatorias, celulares robados, armas de fuego y material explosivo (dinamita).
El lugar intervenido servía como una base de seguridad o “caleta” para planificar sus operaciones ilícitas y refugiarse después de cometer algún delito.