Sociedad

Respeto o sumisión

A 30 años de la Convención de los Derechos del Niño, todavía el tema y ocupación de medios es el trabajo infantil, la trata de niñas y los castigos físicos.

Columna de Eduardo Ugarte
Columna de Eduardo Ugarte

Eduardo Ugarte y Chocano

Periodista

El pasado 20, Día Internacional de los Derechos de la Infancia, se ha conmemorado la firma de la Convención de los Derechos del Niño en 1989, fin de lucha iniciada en EE.UU. hace siglo y medio, donde cuando por muerte de padres o pobreza en el hogar, los niños tenían que trabajar en fábricas y minas para mantener a la familia y las niñas se prostituían o iban a talleres como esclavas.

Los principios rectores de la Convención son: la No Discriminación; el Interés Superior del Niño; la Supervivencia y el Desarrollo; y la Participación. Principios que debe considerar el Estado, la comunidad y la familia: como la Ley Nº 30466, que establece parámetros y garantías procesales para la consideración primordial del interés superior del niño; o la solidaridad de la comunidad para la protección de niños, niñas y adolescentes y, de mayor importancia, la actitud de los padres.

Sobre esto último, es frecuente escuchar que la educación familiar de antes (supongamos 70 años atrás) era mejor que la de ahora, pues los niños “respetaban” a sus padres a través de la obediencia, el silencio y la no interrupción cuando ellos hablaban, el uso del usted en el trato, entre otras manifestaciones que antes que respeto mostraban una sumisión impuesta. Los niños y niñas así se formaban en hogares que no los consideraban personas con opinión o derecho a participar, menos decidir.

Esta situación se proyectaba al colegio (incluyendo autorización al castigo físico, común en la casa), organización de la comunidad y segundo espacio que afectaba formación y desarrollo, desde la desconsideración de la autoestima o de su capacitación en responsabilidad y libertad ciudadanas, pues la dependencia consecuente no daba lugar al pensamiento propio ni elección, pues no se ejercitaban tempranamente.

A 30 años de la Convención, a pesar de leyes y avances en la educación, todavía el tema y ocupación de medios es el trabajo infantil, la trata de niñas y los castigos físicos, por lo que debemos dedicarnos a pensar -y replantear si es necesario- el concepto que tenemos de los niños y las niñas y cómo se manifiesta en nuestras relaciones. Tal vez el cambio real ahí comience.