Anciano denuncia que hijos falsificaron su firma para arrebatarle su casa [VIDEO]
Uno de sus hijos presentó una minuta en la que figura que le compró a su padre el terreno en 1973, cuando él tenía apenas dos años.
Un anciano de 71 años lo ha perdido todo. Sus esfuerzos a través de varias décadas de trabajo para comprar y mantener un terreno que le asegurara una vejez tranquila fueron vanos luego de que sus hijos, según denuncia, falsificaran su firma para arrebatárselo.
Raúl Policarpo Obregón compró el lote de 2 527 metros, en Puente Piedra, a un hombre llamado Remigio Capio, en 1980, cuando ya tenía a sus dos hijos. Sin embargo, uno de ellos, Enrique Policarpo Romero, presentó un documento a la notaría donde figura que su padre le vendió el terreno en 1973, cuando tenía apenas dos años.
A causa de este timo, Raúl fue despojado de su propiedad e incluso se enteró que en marzo del 2019 parte de ella ha sido traspasada a Wilmer Crisóstomo Acutipa por un monto de $874 368.30, y él no ha visto ni un centavo de dicha suma.
“Es lo más triste que puede haber después de haber trabajado tanto tiempo, de haberlos criado y haberles dado todo. Que me hagan eso no tiene nombre”, declara acongojado Raúl a ATV.
Sacrificios robados
Policarpo Obregón logró adquirir el terreno gracias a su trabajo como obrero en Venezuela. La necesidad hizo que migrara al dicho país; sin embargo, afirma, nunca descuidó a sus hijos, quienes se quedaron con su madre en Perú.
“La última promesa que le hice (a Enrique) fue en octubre del 96. Me dijeron que él iba a graduarse y yo lo apoyé y jamás le hice faltar dinero. Dejé de comer allá, de comprar, por mandarles dinero acá y así me pagan”, señala.
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El segundo de los hijos, Gustavo Policarpo Romero también formaría parte de la presunta estafa cometida contra el padre de familia. ATV Noticias comprobó que ambos vástagos, así como su madre, están en el Reniec con dirección en el terreno.
No obstante, quienes abren la puerta de la vivienda dicen no tener conocimiento del paradero de alguno de ellos.
Actualmente Raúl Policarpo vive en un cuarto pequeño que su hermana le ha ofrecido dentro de su casa. Si no fuera por ella, él viviría seguramente en la calle, ya que lo ha perdido todo.
“Siento rabia, me siento un extraño por como me han tratado. Quisiera conversar con ellos, ser como siempre he sido, unido a mi familia”, dice Raúl.