Trujillo, atrapado por la basura
Este es por ahora el mayor problema que enfrenta la gestión del alcalde Daniel Marcelo. Montículos de basura invaden los distintos territorios vecinales, generando malos olores y una peligrosa contaminación ambiental.
Trujillo, la otrora ciudad que brillaba por su limpieza y su orden, hoy se encuentra atrapada por la basura y la informalidad. Sus calles y avenidas están atiborradas de montículos de residuos sólidos que no pueden ser recogidos por el Servicio de Gestión Ambiental de Trujillo (Segat), organismo público descentralizado de la comuna local, que se muestra impotente para solucionar esta problemática que se acentúa cada día.
Es tal la cantidad de basura acumulada en la vía pública que la población está expuesta a una grave contaminación que puede hacer daño a su salud. Los vecinos de los distintos territorios están cansados de vivir en medio de la inmundicia, y exigen al alcalde Daniel Marcelo Jacinto buscar los mecanismos para dar una solución a la crisis, pero al parecer no tiene las armas para ello. La única decisión que ha tomado es advertir al gerente del Segat, Kenny Heredia, que si no asume el compromiso de acabar con esta problemática hasta diciembre será cambiado del cargo.
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Una de las razones para que se haya llegado a esta situación es que tan pronto asumió el cargo, Marcelo anunció que resolvería el contrato con la empresa que hasta ese momento brindaba el servicio de limpieza en la ciudad (incluso en su campaña fue su caballito de batalla), suscrito en las postrimerías de la gestión del exalcalde Elidio Espinoza. La autoridad edil optó por esa salida, pero lo grave es que no tenía un plan B para atender esa tarea.
Lo que hizo Marcelo fue regresar al sistema anterior que estaba a cargo del Segat, pero no tomó en cuenta que los pocos vehículos recolectores de la comuna estaban en mal estado y requerían urgente reparación.
Esa fue la razón por la que Elidio Espinoza decidió entregar el servicio de limpieza a un tercero. Sin un parque automotor para cumplir con esas funciones, el problema se fue profundizando hasta llegar a una situación insostenible.
Fue advertido
Incluso la Contraloría de la República le pidió en su momento al burgomaestre de Trujillo que tome acciones inmediatas para recoger las toneladas de basura dispersas en las distintas urbanizaciones, pero el panorama hasta hoy no ha cambiado en nada.
Las urbanizaciones más perjudicadas con ello son La Rinconada, Rázuri, Palermo, El Bosque, Monserrate, Torres Araujo, Las Quintanas, Santo Dominguito, Los Jardines, Mampuesto, entre otras. Los olores nauseabundos producto de la descomposición de los residuos son insoportables, pero con ello deben convivir las familias.
Ha culminado el sexto mes de la administración edil de Daniel Marcelo y al parecer todavía no encuentra la brújula para encaminar a la ciudad por la senda del progreso y el desarrollo, no sienta las bases de lo que quiere para Trujillo, aún no se avizoran las obras de envergadura que piensa ejecutar en su periodo, pese a que la valla que le dejó Espinoza es bajísima y aún así no puede dar el primer salto.
Marcelo tiene que mejorar sus equipos técnicos de trabajo para que lo ayuden a gobernar mejor esta ciudad, que supera los 700 mil habitantes (el distrito de Trujillo). Tiene que demostrar liderazgo y capacidad ejecutiva y de gestión.
Pero el tema de la basura es solo uno de los tantos problemas que debe solucionar Marcelo. En agenda hay otros temas álgidos que necesitan la intervención municipal, como el comercio ambulatorio. Ha dado el primer paso con el desalojo de los informales del mercado Palermo, pero la situación amerita un tratamiento integral.