El Puericultorio Pérez Araníbar fue construido para dar hogar a 1250 niños huérfanos, pero actualmente solo alberga 190. El Monseñor Luis Bambarén ha calificado el hecho como un “robo” a la sociedad.,El Monseñor Luis A. Bambarén Gastelumendi ha manifestado su total rechazo ante las últimas decisiones y cambios en el Puericultorio Pérez Araníbar, ubicado en la cuadra 6 de la avenida del Ejército, en el distrito de Magdalena. Bambarén recordó que el puericultorio es “patrimonio de los niños huérfanos en extrema pobreza, abandono físico y moral”, según la Ley N°291741. Sin embargo, las instalaciones han sufrido cambios y esto afectaría a cientos de menores sin hogar. PUEDES VER Luis Bambarén: El ‘Obispo de los Pobres’ cumple 49 años de ordenación episcopal “Es inhumano darle otro uso (al puericultorio) y dejar en la calle a cientos de niños, despojarlos de techo, mesa, educación”, dice. El monseñor denunció que, como no se puede vender, lo han convertido una fuente de ingresos para la Beneficencia, lo cual califica como “robo y saqueo”. “Es robo y saqueo despojar a 300 niñas del pabellón Echenique recién reparado para dedicarlo a actividades frívolas que perjudica su prestigio histórico”, señala. “Clausurar los 8 talleres y privar a los adolescentes de su capacitación artesanal y técnica que les permita ganarse la vida al salir”, agrega. Asimismo, el religioso asegura que los niños ya no tienen campo deportivo porque las canchas de fútbol, básquet y vóley han sido cercadas con mallas para alquilarlas a academias y clubes. También, revela que se ha destruido el desagüe y reducido el acceso de la piscina, que ha costado 72.000 dólares restaurarla. Bambarén cuenta que se han talado los árboles del puericultorio para convertirlos en leña, por lo que ahora los 190 niños que viven allí no tiene protección de la brisa del mar. Denuncia además que se ha pretendido cerrar el colegio de primaria para alquilar el local y se realicen eventos sociales con consumo de licor, música hasta altas horas de la noche, los cual perturbaría el descanso de los niños. El Monseñor Bambarén Gastelumendi pide que se defienda el puericultorio, construido hace 88 años para que 1250 niños y niñas reciban un techo, educación y comida, aunque actualmente solo alberga 190, dejando más de 680 camas vacías.