Simulacro nacional: un ensayo para enfrentar el terremoto que se sabe que ocurrirá

En octubre de 1746, Lima sufrió el peor terremoto de su historia. En solo 4 minutos, iglesias, locales públicos y viviendas se derrumbaron por acción del sismo, tras lo cual se produjo un tsunami que terminó por destruir lo poco que quedaba en pie. Según información recopilada por historiadores, el sismo de aquella vez tuvo una magnitud de 8,8, el mayor de todos los que se habían registrado hasta entonces en la capital.

Han pasado 277 años desde entonces, casi 3 siglos de un silencio sísmico que acumula energía año tras año y que, en algún momento, no se sabe cuándo, será liberada y provocará un nuevo terremoto que probablemente tenga una magnitud de 8,5 o 9.

“Puede ocurrir en cualquier momento. Puede ser ahora, mañana, pasado mañana, de acá a 10 o 50 años, pero el sismo va a ocurrir”, advierte Hernando Tavera, presidente ejecutivo del Instituto Geofísico del Perú (IGP).

Ante ello surgen las preguntas: ¿Qué pasará con Lima cuando ocurra ese gran sismo? ¿Qué tan preparada está la capital para afrontarlo?

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De acuerdo con el director general del Centro Peruano Japonés de Investigaciones Sísmicas y Mitigación de Desastres (Cismid), ingeniero Fernando Lazares, un sismo de magnitud 8,8 a más producirá un movimiento de suelo de gran intensidad, por lo que todas las viviendas, sobre todo las más vulnerables, se desplazarán y tendrán “diversos niveles de daño”. Es decir, algunas estructuras colapsarán parcial o totalmente, dependiendo del tipo de construcción que hayan tenido. Cabe destacar que entre el 70 y 80% de las casas de Lima son producto de autoconstrucción.

En el caso de las vías de comunicación, Tavera detalla que para comprender qué es lo que pasaría con la capital ante un gran sismo, se puede usar el escenario en el que estuvo Pisco, aquel 15 de agosto del 2007. “Si Pisco quedó sin carreteras, con un tsunami afectando a la zona costera, probablemente lo mismo puede pasar en Lima”.

En esa línea, el director de Cismid recalca que actualmente no existe una investigación acerca de qué podría pasar con las líneas vitales como son las redes de agua potable, energía eléctrica, de gas y carreteras. “Falta hacer un estudio para que el escenario, que ya sabemos que va a pasar en las viviendas, se aplique a todo lo que son conexiones”.

Tras un sismo de 8,8 o más, es probable que no haya señal ni red de internet, lo que generará que las personas se trasladen a buscar a sus familiares y se produzcan grandes embotellamientos. Por ello es vital que se tenga un plan de contingencia, de lo contrario “vamos a enfrentar una situación muy delicada, sobre todo los primeros minutos”, detalla Lazares.

En ese marco, los ensayos y simulacros pueden ser muy útiles cuando cuentan con la participación de la ciudadanía, cosa que ayer no ocurrió en todo Lima y Callao, pues en su mayoría solo las entidades públicas y algunas privadas, entre ellas los colegios y centros comerciales, participaron activamente en el simulacro multipeligro que se ejecutó a nivel nacional.

Sin embargo, de acuerdo con los entrevistados, se debe tener mayor participación de aquellos ciudadanos cuyos domicilios están ubicados en laderas o zonas muy vulnerables. Según el Cismid, los sectores con mayor riesgo están en Comas, Independencia, Villa el Salvador, Ventanilla, entre otras con pisos arenosos.

Si bien es cierto que casi todas las municipalidades se organizaron, solo dos de los anteriores distritos ejecutaron un plan que incluía asentamientos humanos.

Balance del simulacro

Por otro lado, tras el desarrollo del simulacro, funcionarios del Indeci señalaron que el balance es desolador, pero sirve para tomar medidas: 220.000 fallecidos en Lima y Callao, 650.000 heridos y casi un millón de damnificados.

Asimismo, la presidenta Boluarte, quien participó en este ensayo desde el distrito de La Punta, Callao, instó a las familias peruanas a seguir tomando medidas para evitar muertos o heridos. “En cualquier momento nos puede sorprender un sismo”, manifestó la mandataria.

Sin sistemas de alerta

Ahora bien, desde hace varios años se vienen desarrollando sistemas de alerta temprana, como el Sismate (mensajes de texto), que continúa en un periodo de prueba y que, a diferencia de los anteriores simulacros, en el de ayer no se empleó.

Según Astrid Velarde, especialista en Gestión de Riesgos de Desastres del Indeci, esta vez el MTC no coordinó con ellos.

Por otro lado, también está el Proyecto de Sistema de Alerta Temprana Sísmica Peruano (SASPe) a cargo del Indeci y el IGP. Este sistema posee sensores que podrán detectar el sismo y enviarán una alerta en milésimas de segundos a las áreas urbanas. “En las mejores condiciones para Lima, un escenario positivo es que, por lo menos para la plaza de Armas, llegaría en 10 a 12 segundos antes que la onda sísmica sacuda los suelos”, detalló a este diario el jefe del IGP.

Asimismo, agregó que este proyecto aún “está en camino” y esperan que a fin de año se puedan hacer algunas pruebas. “El IGP ha avanzado casi el 100% del proyecto (…) Tan pronto el Indeci termine su parte, el tiempo de prueba sería más rápido”, recalcó.

Pisco no olvida a los 597 muertos que dejó terremoto

Las heridas en Pisco no han sanado. El dolor todavía está en el corazón de sus habitantes. Perdieron a 597 hijos, padres, hermanos, y ello no se olvida en 16 años. Tampoco se olvidan las mentiras que los sucesivos Gobiernos les dijeron para calmar sus penas.

Como lo señala el pescador Moisés Gonzales, quien todavía tiene un muro de la vergüenza delante de su casa. “(El muro de ladrillo) lo pusieron en la época de Alan, para ocultar mi casa que estaba en ruinas y que sigue igual. Por Pisco Playa vino Humala, PPK y hasta Castillo, pero nada”.

A unas cuadras de su casa vive la familia Espino, quizá una de las más golpeadas aquel 15 de agosto del 2007. Ellos no hablan con extraños, pero sí con sus vecinos y cada 15 de agosto reviven el terror de aquel miércoles.

Ellos, al igual que cientos de pisqueños, acudieron anoche a la misa que se celebró en la iglesia que se reconstruyó en el primer año tras el terremoto. Por la mañana fueron en romería al cementerio y por la tarde, aunque sin el ánimo de otros años, participaron en el simulacro de sismo y tsunami que realizó la municipalidad.

En este ensayo participaron autoridades y servidores de empresas públicas y privadas. Fue un día para recordar.

Simulacro en regiones ante El Niño y grandes incendios

El simulacro no solo se llevó a cabo en Lima y Callao. Todas las regiones, excepto Arequipa que estuvo de fiesta, se movilizaron a las 3 p.m. para representar una situación de peligro grave. Piura, por ejemplo, ensayó una respuesta a una situación de inundación por lluvias y desbordes a causa de El Niño.
Madre de Dios simuló una situación de incendio forestal que ponía en peligro a su población. Otras regiones como Ica, Lambayeque, La Libertad, Cusco, entre otras, recrearon un sismo.

Cifras

Balance. El sismo de magnitud 8,8 en Lima “dejó” más de un millón de damnificados.

Daños. También 19.000 casas colapsadas, 20.000 inhabitables y 553.000 afectadas.

El dato

El simulacro de ayer dejó 220.000 “fallecidos”, miles de viviendas “destruidas” y también una gran lección: falta organizarnos mejor y mayor participación de los ciudadanos