Política

Juan Jiménez Mayor: “Podemos pedir una misión internacional que ayude a enfrentar mejor las protestas”

Abogado y consultor. Expresidente del Consejo de Ministros, exministro de Justicia y exembajador del Perú ante la Organización de Estados Americanos (OEA). Jiménez resalta que necesitamos entender el estallido social para ver salidas.

Reflexiones. Jiménez resalta que necesitamos entender el estallido social para ver salidas. Foto: difusión
Reflexiones. Jiménez resalta que necesitamos entender el estallido social para ver salidas. Foto: difusión

El ex primer ministro y exembajador ante la OEA Juan Jiménez  considera que se viene un informe muy duro con el Perú de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y que se debe garantizar investigación y sanción en casos de muertes en las protestas y que no se repitan. Cuestiona al Congreso por no aprobar el adelanto electoral.

En noviembre dijo que la asunción de Boluarte era la salida a la crisis. ¿Qué opina ahora?

— La asunción de Boluarte dio un cambio muy drástico en la conducción del Estado, el consenso político y se dificulta también la gobernabilidad. Superamos la crisis que teníamos y estamos en otra. Somos país de multicrisis. Castillo estaba muy afligido por no poder gobernar, que es parte de la política peruana, que es muy hostil, quizá con él tenazmente hostil. Hay que entender la política en la historia para saber qué hacer y qué no.

¿No previó una convulsión tan grande tras la destitución de un Castillo tan desprestigiado?

— No previmos este estallido social, un fenómeno no solo peruano. Me equivoqué al pensar que lo canalizamos en las elecciones con un voto de protesta por un antisistema frente a la clásica política corrupta, Fujimori, cuando había pasado lo de Chile e iniciaba lo de Colombia. La canalización en el voto para lograr cambios fue nuestro estallido social. Cuando se frustra, hay una narrativa de que se fracasó porque no lo dejaron gobernar. Eso no es cierto, él nunca dio dirección a su gobierno.

¿Y cómo evalúa al Congreso y la oposición ante Castillo?

— Están jalados. El Congreso hizo lo suyo para la precariedad y crisis de hoy. La polarización es lamentable y la calidad de congresistas cuestionable, con corrupción en compra de votos.

¿Cómo queda el trabajo de la OEA que vino e hizo un informe?

— Castillo traicionó a la OEA. Planteó un golpe cuando la OEA le había tirado un salvavidas con un informe criticado por tener una visión bucólica de un líder rural, sin mirar la corrupción y la estructura de toma del poder en beneficio propio. La OEA tiene estándares anticorrupción con un convenio interamericano que pasó por alto. Solo vio un líder indígena por primera vez en el gobierno. Él construyó un personaje de campesino que labra la tierra y es un sindicalista y maestro, ni es quechuahablante.

¿El respaldo a Castillo de un sector revela alta tolerancia a la corrupción en la población?

— Sí, hay encuestas que muestran esa tolerancia de la ciudadanía. Cuestionamos al sorprendido en corrupción, pero damos coima al policía.

¿Cuál ha sido el error de Boluarte para tanto rechazo?

— Pudo buscar una coalición mucho mayor. Creo que lo intentó con los partidos. Ninguno le manifestó el apoyo y tuvo que construir sobre lo que tenía: eso estaba muy al alcance de un sector más de derecha. La izquierda le dio la espalda pese a que ella no integra un Ejecutivo distinto: fue ministra y vicepresidenta de Castillo, elegida con él. Me llama atención la izquierda razonable: debió tener una posición más afín a construir una estabilidad de gobierno que nos permita tener un adelanto de elecciones.

¿Cómo ve el manejo gubernamental de la convulsión?

— No tenemos policía ni entrenada ni equipada para esto y hemos tenido quizá la madre de los conflictos. En Puno, cinco días la policía tuvo contención y después se perdió el control y muchos murieron. La logística de la policía es precarísima, están sometidos a gran estrés, necesitan recambios y no hay personal. Perú necesita apoyo internacional de policías del primer mundo que vengan para organizar mejor la respuesta a las protestas. En los veinte, vino una misión francesa para organizar a la policía. Podemos pedir una misión de afuera que nos ayude a enfrentar estos fenómenos.

¿Ha habido excesos y delitos en la represión efectuada?

— Sí. Nadie quiere que eso suceda. Cuando hay fallecidos, la protesta y violencia escalan. Es importante que la policía tenga suficiente cuidado y haya controles. La cantidad de fallecidos revela que no hay buena conducción. Importante es la no repetición: investigar, sancionar y que no se repita. Lo dirá la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que emitirá informe sobre Perú, seguro muy duro como lo fue con Colombia, donde hubo convulsión de abril a agosto, más de 70 muertos, 40 mil negocios cerrados, 9 mil protestas, descenso de 1% del PBI y pérdida del grado de inversión.

¿Eso puede pasar al Perú?

— Ya estamos entrando al tercer mes de protestas. Hay sensación en Lima de que amainan, pero puede la protesta hacerse endémica y que convivamos con ella y sus daños a la economía. Si no manejamos adecuadamente la situación, estaremos en un escenario bastante complejo en pobreza y falta de oportunidades.

¿Qué nos dice que el Gobierno dé bonos a la policía?

— Es parte de lo que el Gobierno debe revisar sobre cómo maneja este problema para generar posibilidad de diálogo o encuentro entre peruanos. Esa señal y mensaje no han sido positivos.

Desde afuera hay lecturas sobre el Perú que generan controversia, por ejemplo, el choque con Colombia y la asunción del juez interamericano Zaffaroni de la defensa de Castillo. ¿Cómo estamos colocándonos en la mirada internacional?

— No estamos ganando la batalla, pero tenemos permanente hostilidad de los presidentes de México y Colombia. Sobre todo el de México es muy hostil y rompe la tradición de su país de no intervención. Es difícil estar en controversia con un presidente. La diplomacia del insulto de Chávez se ha instalado y lo lleva López Obrador con otro estilo. Y estamos rompiendo estándares de protección de la democracia. Que Castillo se haya querido volver dictador es gravísimo en la región, pero lo están pasando por alto. Lo que hacen México y Colombia es debilitar estándares de democracia en la región. Allí Cancillería debe tener más fuerza y resonancia con países democráticos que puedan apoyar el respeto a los estándares de democracia en nuestra región.

El Congreso no ha llegado a aprobar el adelanto de elecciones. ¿Qué le parece?

— Terrible. El Congreso ha estado jugando a alargar el tiempo. Mientras las protestas amainaban, la estrategia fue resistir. Pero no es solo la gente que protesta la que pide que se vayan todos, somos todos los que queremos que se vayan.

¿Y qué salida le ve a la crisis, ahora en esta complicación?

— Debemos recurrir a nuestros intelectuales y mejores peruanos para lograr plantear salidas. Julio Cotler anunciaba ya un estallido social. Necesitamos entender mejor este estallido social para buscar soluciones.