Testimonios de periodistas que vivieron en carne propia el autogolpe de Fujimori
24 años después. Las voces de quienes vivieron ese momento amargo de la historia del Perú suenan cada vez más fuerte.
Era un día como muchos otros para Jorge Sandoval. Él trabajaba como jefe de informaciones en el diario La República, en el turno tarde. Ese domingo, nadie sospechaba lo que se tramaba en Palacio de Gobierno.
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Al pensar en esos días, Jorge recuerda que fue él quien contestó la llamada de los vigilantes del diario. “De la puerta nos llamó un vigilante para decir que habían unos militares que querían alertar de una situación de suma urgencia”, recuerda. Consciente de la crisis, Sandoval habló con Óscar Cuya, editor del diario. La versión de los militares era que se había formado un complot contra los medios de comunicación. “Óscar los hizo pasar, pero en ese momento llamó a las cabezas del directorio de La República.
Una vez que estuvo dentro, el jefe militar le explicó a (Alejandro) Sakuda cuál era la situación y que ellos habían sido enviados para evitar que la edición de La República se desborde un poco del control que iban a ejercer”. Todo esto ocurrió antes de que Alberto Fujimori saliera en televisión nacional para anunciar el autogolpe de Estado.
Roberto Ochoa, actual editor de Mundo en La República, se encontraba en su casa cuando el entonces presidente hizo el anuncio. “Escuché el mensaje de Fujimori y casi de inmediato me subí al carro y vine al periódico, no quería perderme ese hecho histórico”, cuenta Ochoa. “En ese momento, pude ver el trabajo que estaban haciendo los viejos periodistas”, recuerda. Roberto llegó al diario ubicado en el jirón Camaná, poco antes de que el directorio de La República tome una decisión respecto a la intervención que estaban tratando de ejercer los militares en los titulares y el contenido de las notas.
Alejandro Sakuda se negó a permitir que se interviniera algún contenido del diario. Por eso se decidió que el periódico iba a salir con las páginas en blanco en señal de protesta. Esa misma noche, Maritza Montes y un reportero gráfico se encargaban de recoger testimonios y reacciones luego del autogolpe perpetrado por Alberto Fujimori. Ella trabajaba para el diario Ídolo. Alrededor de la medianoche, les comunicaron vía radio que los militares estaban ingresando a radio Antena 1. “Cuando llegamos estábamos por recoger los testimonios cuando de pronto se acercó una tanqueta para cerrarnos el paso y llevar a todos los que estábamos ahí. De nada sirvió que nos identificaramos como prensa. Nos hicieron subir a empellones”, cuenta.
Ella y los otros periodistas fueron trasladados hasta seguridad del Estado. “Las primeras horas fueron netamente de incertidumbre, porque no sabías lo que iba a pasar, no sabías cuánto tiempo ibas a estar, no había forma de comunicarse. Íbamos llegando por grupos, no sabías que iba a ser de ti”, relata. Esa misma noche, Gustavo Gorriti fue encerrado junto a Montes y otros periodistas detenidos. “Al mediodía nos pasaron con el médico legista, pero esta persona solo hacía una pantomima, no le importaban los moretones que tenías, nunca tomó cuenta de ello”, recuerda. Ella estuvo detenida desde la madrugada del 6 hasta la noche del 7 de abril. Dos días llenos de incertidumbre y miedo por no saber lo que podía pasar en un escenario donde se habían suspendido todas las garantías institucionales.