El diario de Astuquillca.Día 5, Desperté con las piernas hinchadas. Estaba todo mojado , húmedo, pegajoso y el cuerpo me temblaba. La herida en la pierna derecha, a la altura del muslo, seguía sangrando. La bala atravesó mi pierna. No tenía cómo curarme. Había perdido todo y como tenía mucha sed, decidí ir río abajo. Sólo llevaba puesto un polo, un pantalón y mis borceguíes. No tenía ni medias. Las que tenía se las di a mi compañero “Camachín” Vilca. Al llegar al río, tomé abundante agua. Estaba fresca y cristalina. Me lavé la cara y remojé mis cansados pies. Había caminado tanto que hasta los insectos y hormigas estaban pegadas en mi piel. Mi estómago empezó a crujir por el hambre. No tenía nada para llevarme a la boca. Sin pensarlo dos veces arranqué hongos de los árboles para comer. Los hongos son blancos, algunos medio rosaditos. Tenían el sabor de la carne de soya. Eran blandos y sin sabor. No saben a nada, pero alimentan, tienen calorías. MENÚ DE SOBREVIVENCIA ¿Por qué comí los hongos? Porque lo aprendí en el curso de sobrevivencia de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales (Dinoes). La Dinoes prepara para todo. Yo soy un Dinoes. Los hongos no fueron suficientes. También comí lombrices y gusanos. Si no comía los hongos, las lombrices y los gusanos, yo moría de hambre. Es el menú de la sobrevivencia. Fueron mi salvación. Eso también lo aprendí en la Dinoes. Como al mediodía, el sol quemaba, y después de un breve descanso, empecé a caminar nuevamente río arriba. La idea era subir para que los terroristas no me siguieran . Tenía que cambiar de táctica, por eso me escondía en el monte. Sentado en medio de la selva, tuve la esperanza que aquel día lunes, vendría otra vez el helicóptero. Siempre fui optimista. A veces, seguramente, por el calor, el cansancio o la ansiedad, creía escuchar el toco-toco de la aeronave. TE RECUERDO CAMACHÍN Pero no, era una alucinación. Uno se confunde a veces con el sonido de los pájaros, la caída de los árboles o el ruido de los animales salvajes. En la selva no hay silencio absoluto. “Ya vendrá mañana, mañana será otro día más”, me decía para tranquilizarme. El día lunes 16 de abril empezó a oscurecerse. Felizmente no llovió. Mi ropa secó por el sol y podía andar cómodamente. Cada tramo acondicionaba un lugar para recostarme. No tenía armas para defenderme de los terroristas, así que dependía de mis energías, de mis fuerzas para evitar que me atraparan o mataran. Así de fácil no me iba a dejar cazar por los terroristas. Comiendo algunos hongos que me quedaban, junté varias hojas grandes y secas que caían de los árboles y cubrí mi cuerpo de la noche fría y de la mirada de los senderistas. Esa noche pensé nuevamente en Vilca. Mi pobre “Camachín”. “¿Estará vivo o muerto?”, me decía . Solo Dios sabe lo que le habrá pasado. ME LLENABA DE TRISTEZA César Vilca, era un policía a carta cabal, respetuoso, solidario, valiente, siempre salía con algunas bromas, pero cuando se trataba de disciplina, era otro. REZÁNDOLE A LA VIRGEN Aún recuerdo su sonrisa aquel día que partimos de Kiteni para cumplir con la misión. Era la primera vez que íbamos juntos a una operación de esta naturaleza. Pero nunca imaginé que regresaría solo, sin mi “Camachín”. Por un momento, recordé a mi madre, mi adorada madre Fidela . ¿ Estará sufriendo, llorando por su hijo que no aparece? Esa noche me encomendé a la Virgen de las Nieves, para que me guiara y protegiera. Yo soy devoto de la Virgen de las Nieves por mi madre. Ella es de Coracora, de la provincia ayacuchana de Parinacochas. La Virgen de las Nieves es la patrona de la ciudad. Mi madre desde niño me enseñó la Danza de los Negritos de Coracora, que se baila todos los cinco de agosto, en homenaje a la Virgen de las Nieves. Todo el tiempo le rezaba. Luego me di cuenta que no llevaba nada en mis bolsillos. Mi carné de la Policía, mi DNI, las fotografías de mi familia, una agenda, en fin. Ni siquiera pude conservar la billetera donde tenía 50 soles. Era toda mi fortuna en ese lugar y en ese momento. Pero después me di cuenta para qué me iba a servir esa plata en medio de la selva. Para nada. MAÑANA: La ilusión del helicóptero salvador. Qué pasaba en el país Se trasladan a Kiteni efectivos de la Región Militar Oriente (Iquitos), de la 90ª División Blindada (Tumbes), Séptima Brigada de Infantería (Lambayeque), entre otras unidades. El propósito del despliegue militar, dirigido por el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, es “cercar, reducir y golpear” a los terroristas encabezados por el “camarada Gabriel”. Las tropas incursionan en las poblados de Alto Laguna, Alto Postashiato, Cielo Punku y Chihuanquiri.