Hablan los espías 1. Más pistas sobre el cliente de BTR que pidió espiar a Rómulo León y Alberto Químper. No fue una casualidad que Elías Ponce detectara los negociados petroleros de León y Químper: uno de sus clientes se lo pidió. Ángel Páez. Sostenidamente, Elías Ponce Feijóo, Carlos Tomasio De Lambarri y Giselle Giannotti Grados niegan que la compañía Business Track (BTR) se dedicaba a ilícitas actividades de espionaje, de acuerdo con las declaraciones formales que han ofrecido a las autoridades. Pero los empleados de BTR, los ex agentes de la Dirección de Inteligencia Naval Jesús Tirado Seguín, Martín Fernández Vírhuez y Jesús Ojeda Angles, aceptan que la compañía, bajo la conducción de Ponce y Tomasio, “pinchaba” líneas telefónicas y “hackeaba” correos electrónicos. Más claro todavía, Jesús Tirado, el más veterano de los tres y el que gozaba de la mayor confianza de Ponce y Tomasio, relató que en marzo del 2008 Elías Ponce le entregó los números fijos de Rómulo León Alegría, Alberto Químper Herrera y otros, para investigar el tráfico de llamadas telefónicas que estos hacían y recibían. Esto indica que no es cierta la versión de que Elías Ponce y sus cómplices descubrieron de pura casualidad los negociados petroleros de Rómulo León y Alberto Químper con Discover Petroleum sino que un competidor de esta compañía contrató expresamente a BTR para espiar a los “lobbistas” de la compañía noruega. La mano que mece la cuna Una vez obtenidas las grabaciones del “chuponeo”, “Elías Ponce me entregó una memoria USB que contenía algunas conversaciones de personas que al transcribirlas me di cuenta de que se trataba de Rómulo León, Alberto Químper, Fortunato Canaán, el abogado (Ernesto) Arias Schreiber, su secretaria y otras personas con acento extranjero. Eran en total entre cinco y seis conversaciones que transcribí”, dijo a las autoridades Jesús Tirado, según sus declaraciones a las que tuvo acceso La República. La manifestación de Tirado demuestra que BTR fue contratada por un cliente del rubro petrolero que estaba vivamente interesado en conocer los negocios secretos de una competidora, la noruega Discover Petroleum, cuyos “lobbistas” eran León y Químper. El presidente de Perupetro, Daniel Saba, le ha dicho a la revista “Caretas” que el potencial cliente de BTR era Petro Tech Peruana (PTP), del estadounidense William Kallop. Jesús Tirado confirmó que Ponce estaba obsesionado con Discover Petroleum. Señaló que además de Elías Ponce, Jesús Ojeda Angles le entregaba los “petroaudios” para transcribirlos. “Yo le entregué todas las transcripciones de las conversaciones a Ojeda. Estas conversaciones estaban referidas a tratar de conseguir los lotes petroleros para la empresa Discover Petroleum”, indicó Tirado. Dichos “petroaudios” salieron a la luz en la primera semana de octubre del 2008, lo que produjo como efecto la suspensión de los contratos de concesión que había obtenido mediante concurso la petrolera noruega, con el apoyo de Rómulo León y Alberto Químper. La ex ejecutiva de BTR Giselle Giannotti niega haber sabido de las actividades de espionaje de la empresa para la que trabajaba, y que los “petroaudios” que las autoridades le incautaron en cuatro USB eran parte de un material que le entregó el periodista Pablo O’Brien para que los analizara,. Tirado ha dicho otra cosa. Al ser preguntado sobre el papel de Giannotti en BTR Tirado contestó: “En algunas oportunidades, ella me decía que avanzara más rápido el trabajo de transcripción de estas conversaciones, ya que necesitaba que terminara el trabajo”. ¿Y qué hizo Tirado cuando “Cuarto Poder” difundió los “petroaudios”? “Me causó sorpresa, pero no reclamé nada a Elías Ponce y seguí con mi trabajo en esa empresa”, relató el ex espía de BTR. Es decir, continuó espiando. Mañana: Las declaraciones de Jesús Ojeda y Martín Fernández. Un experto en interceptación de radiocomunicación Jesús Tirado Seguín es experto en intrusión de radiocomunicaciones. Trabajó toda su vida en la Dirección de Inteligencia Naval, bajo el mando del subdirector Elías Ponce Feijóo. Entre el 2002 y el 2003, Tirado laboró en el Consejo Nacional de Inteligencia (CNI), en el área de interceptación electrónica, en calidad de operador. Relató a las autoridades que en el 2005, cuando trabajaba en el área de seguridad de la Municipalidad de San Borja, se reencontró con Carlos Tomasio De Lambarri, quien lo contrató para trabajar como fijo en Business Track (BTR). Jesús Tirado es quien llevó a BTR a su ex compañero de trabajo en la Dirección de Inteligencia Naval Ismael Matta Uribe, a quien le encargó transcribir varias de las conversaciones telefónicas que los espías “chuponearon” a Rómulo León y Alberto Químper. Luego de cumplir con su labor, Matta se quedó con copias de los “petroaudios”, que luego entregaría a las autoridades como evidencia de que pertenecía a BTR y que tenía conocimiento de las actividades ilícitas de Elías Ponce y Carlos Tomasio. Matta traicionó la amistad de Tirado.