“Chito” Ponce protege a Giannotti, personaje clave del “chuponeo”
Segunda parte de la Entrevista en prisión a los acusados de espionaje. Elías Ponce habla de sus vínculos con Giselle Giannotti y Montesinos, y Carlos Tomasio se refiere a presuntas actividades de espionaje desde el Estado.
En el sitio web de la compañía de seguridad “Business Track” aparece como uno de sus principales clientes “Forza”, la empresa que fundó el capitán de fragata (r) Wilson Gómez Barrios. Aunque hace poco la vendió a una corporación sueca, Gómez Barrios continúa como gerente general. Además que una hija de Gómez Barrios trabajaba para “Business Track”, también su ex pareja, Giselle Giannotti Grados, una de los detenidas por el caso de espionaje telefónico, se desempeñaba como ejecutiva. De hecho, Gómez Barrios y Giannotti estuvieron juntos en la presentación que ella hizo en la casa de Ántero Flores Aráoz sobre radicales peruanos vinculados con grupos chavistas.
Sin embargo, al ser preguntado Elías Ponce Feijóo, propietario de “Business Track”, sobre las evidentes relaciones entre su empresa y Gómez Barrios, este restó importancia a sus contactos e incluso llegó a afirmar que jamás había facturado para “Forza”, una empresa de la que formaron parte como directores Ricardo Vega Llona y Julio Favre Carranza, quienes también fungieron de asesores del presidente Alan García en los primeros meses del gobierno.
–Gómez Barrios, padre de los hijos de Giselle Giannotti, ¿tiene acciones en “Business Track”?
–No, “Bussines Track” es nuestro. Con Gómez Barrios tuve dos o tres reuniones para un trabajo en el que quería que lo apoyemos sobre barridos electrónicos. Y la siguiente ocasión fue para que me explicara sobre poligrafía, que era un tema en el que estaba interesado y que quería sumar a la gama de servicios que “Bussines Track” brindaba. Él tenía una empresa dedicada a algo parecido pero nunca trabajamos juntos. Yo contraté al comandante Carlos Barba para el tema de la poligrafía.
–“Business Track” hizo servicios para “Forza”?
–Nunca facturamos para ellos. Una vez como amigo hice una asesoría de seguridad, pero nada más. No nos necesitaban porque allí estaban todos los marinos, como el (ex jefe de Estado Mayor del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y actual asesor del ministro de Defensa Ántero Flores Aráoz) almirante en retiro Carlos Tubino Arias Schreiber, (el capitán de fragata en retiro) Aldo Schwarz (Cossu) y (Luis) Miñano (Luzuriaga).
La niña de tus ojosGiselle Giannotti, más conocida como Gigi, cuyo hermano es compañero de promoción de Gómez Barrios, hizo una presentación sobre la supuesta relación de radicales peruanos con grupos chavistas en la casa de Ántero Flores Aráoz. Gómez Barrios estuvo presente. También ella hizo la exposición sobre el presunto proyecto de atentado contra el mandatario García. En el power-point había filmaciones, seguimientos y correos electrónicos de los presuntos implicados. Ese material no lo había proporcionado la policía antiterrorista.
–¿La información que presentó Gianotti la trabajó “Business Track”?
–No. Si lo hubiéramos hecho, entonces nosotros podríamos haber presentado la exposición.–Pero Giselle Giannotti trabajaba para ustedes...
–Giannotti era una agente de ventas que trabajaba para nosotros como “free lance”. Nos traía clientes y nosotros negociábamos su porcentaje de ganancia, que podía ser un 20 o 30% .
–Si era una simple “free lance”, ¿por qué daba órdenes al personal, como sostienen los dos agentes de inteligencia naval, Martín Fernández y Jesús Ojeda, que trabajaban para “Business Track”?–No es cierto, es un invento.–¿No es coincidente que “Business Track” creciera como empresa después de que se uniera a ustedes Giannotti?–Sí, ella conseguía los contratos más jugosos.
–¿Recuerda algunos?–Por ejemplo, Cementos Lima, la minera Antamina, Rímac Seguros, JJ Construcciones y otros.
–¿Y cuánto cobraban?
–Depende del paquete que pidieran. Un contrato puede llegar a los 15 mil dólares.
–¿Y cómo conoció a Giannotti?
–Por el problema que tenía la minera Tintaya. Fue cuando la compañía propietaria BHP Billiton por su intermedio nos pidió que hiciéramos un trabajo y ella se dio cuenta de que éramos unos tigres.
En noviembre del 2000, Ponce fue ascendido de grado cuando estaba al servicio de la Dirección de Inteligencia Naval, entonces dirigida por el contralmirante Manuel Arriarán Medina, y la Marina la comandaba Américo Ibárcena Amico. Ibárcena y Arriarán eran hombres de Vladimiro Montesinos, como el ministro de Defensa, el general Carlos Bergamino Cruz, quien suscribió la resolución de ascenso de Ponce.
“Chito” Ponce ahora afirma que no estuvo a órdenes de Montesinos, no obstante las evidencias que indican lo contrario.
--¿Le debe su ascenso a Montesinos?
--Yo he sido oficial de inteligencia toda mi vida, durante los gobiernos de Francisco Morales Bermúdez, Fernando Belaunde y Alan García, no solo durante el gobierno de Fujimori y Montesinos. Mi vinculación con él fue de trabajo porque era el jefe del SIN y yo era de inteligencia naval. Pero no hubo cercanía y tampoco le debo el ascenso del 2000 porque no dependía de él sino del presidente.
--Pero era Montesinos quien daba a Fujimori la lista de ascensos.
--A mí me propuso el comando de la Marina (Américo Ibárcena, hombre de Montesinos).–Cuando usted se desempeñó como agregado naval en Santiago de Chile, ¿tuvo oportunidad de recibir a Montesinos?
--Solo una vez lo vi en Chile, creo que fue en 1997 o 1998, cuando nos reunimos los agregados y él. Nos ofreció su apoyo para que creáramos el Salón Grau. Él pagaba los gastos y daba dinero para que la embajada tuviera el nivel que su jerarquía requería. Montesinos siempre que iba a Chile estuvo de paso, nunca se quedó más de un día.
“Compramos las máquinas en Wilson”¿Qué actividades cumplió en la Marina?
–preguntamos al capitán de fragata (r) Carlos Tomasio De Lambarri, el número dos de “Business Track”–.
–Estuve asignado al frente externo en Ecuador y Chile. Y estuve presente en las conversaciones de paz de Itamaratí. Era oficial de seguridad. (No quiso dar más detalles).Una empresa como “Bussines Track” supone contar con una infraestructura de punta que no es barata.
¿Cuánta inversión de capital le demandó montar la compañía?
–No fue caro montarla. ¿Eso creen? Nuestro capital fue bajo. Fuimos tres socios y cada uno pusimos mil soles.
¿De dónde salió el capital para abrir la empresa? ¿Quién es su socio capitalista?
–Los dueños somos nosotros. Cuando empezamos el negocio, yo venía de ser agregado naval en Estados Unidos y Ponce en Chile, así que mil soles sí podíamos tener cada uno. Nos iniciamos con una oficina prestada y máquinas de segunda compradas en la avenida Wilson y con softwares piratas. Nuestro mayor capital era el conocimiento que teníamos y nuestras conexiones.
¿Qué actividades comenzaron a efectuar?
–Bussines Track se inició como un proyecto de detector de intrusos gratuito bajado por internet. El valor de la empresa no eran las máquinas sino el cerebro de Tomasio, el conocimiento de Ponce. Las máquinas que nos han incautado eran servidores HP-115 compradas en deremate.com. Nos costó 385 dólares cada uno y lo que hicimos fue comprar memorias compatibles de 4 gigas, que costaron 50 dólares cada una.
¿Y cómo creció el capital inicial de 3 mil soles?
–Subió a 150 mil soles. Teníamos 29 computadoras pero el personal es lo que verdaderamente valía.
¿Qué instituciones del Estado chuponeaban?
–La Dirección Antidrogas (Dirandro). El oficial que me interrogó cuando me capturaron conocía del tema (el espionaje telefónico). Lo primero que hizo fue agarrar el manual del (equipo de chuponeo) ‘Triggerfish’ y se puso a buscar un certificado que acreditara que había seguido el curso. Claro, sabía que tenía que existir un certificado porque él lo había seguido. Luego estuvo hablándome del Electronic Serial Number (ESM). Ellos sabían del tema. Pero la pregunta aquí es: ¿el Congreso de los EEUU sabe que se están usando los equipos de interceptación entregados para la lucha contra el narcotráfico para otros temas? Ahora, el Congreso peruano sabe que estos equipos existen. ¿Cuántos hay en el país o quién los usa? ¿Entraron por Aduanas?¿El cuadro de precios por servicios de espionaje se lo encontraron a usted?
–Sí. Pero en el documento se dice que “se tiene conocimiento que en el mercado informal existen estos precios”. Esa información me la entregaron en un club de empresarios donde se desarrolló un seminario de seguridad y fraude en el 2002 y yo lo presenté al grupo al tiempo. En ese mismo seminario estuvieron integrantes de Antamina y el gerente del Banco de la Nación de apellido Seminario.