Hildebrandt: “Guzmán siempre fue un exceso, un amante de las pesadillas refundadoras”
El periodista señaló que debido a la existencia del cabecilla de Sendero Luminoso, la elección del expresidente Alberto Fujimori “arruinó la poca república que teníamos”.
Tras el deceso del cabecilla del grupo terrorista Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, el periodista César Hildebrandt se pronunció al respecto realizando una reseña de lo que fue su paso por la historia del Perú, la cual manchó con miles de muertes y sumergió al país en un profundo conflicto armado e inestabilidad. A esto, según explicó, también cooperó el expresidente Alberto Fujimori y sus políticas agresivas y corruptas.
“Guzmán y Fujimori han moldeado a este país que parece, antes que nada, una propuesta del fracaso y una república de la oscuridad. Guzmán desprestigió al marxismo-leninismo (...), sin embargo aquí en el Perú hay unos cuantos miles que lo siguen, lo veneran como si de un fallido salvador se tratara. Fujimori arruinó la poca república que teníamos y nos hundió en un shogunato sudaca donde todos podían ser comprados y todo se vendió a cualquier precio”, indicó en Hildebrandt en sus 13.
Además, precisó que el cabecilla del grupo terrorista “no amaba la justicia, sino el poder absoluto”, por ello, Hildebrandt consideró que Guzmán “se llenaba la boca de coartadas sociales y altruismo declarativo” para conseguirlo.
“Guzmán siempre fue un exceso un amante de las pesadillas refundadoras. Basta leer sus primeros escritos para captar en su lenguaje la locura despiadada de un profeta”, escribió el periodista. Además, añadió: “Fujimori fue la respuesta de la septicemia senderista que sufríamos y fue una respuesta brutal. La derecha vio en Fujimori y sus primeros éxitos la cura del sueño que tanto necesitaban”.
Guzmán utilizó la furia para crear caos, afirma Hildebrandt
En otro momento, definió la ideología de Abimael Guzmán como una promesa para aquellos que se sentían olvidados por el Estado peruano, y utilizaba el resentimiento de estas personas para sus propósitos personales.
“Sendero Luminoso fue el marxismo-maoísmo interpretado por un profesor académicamente de segunda que entendió que su capital político más preciado era la furia y que la promesa del paraíso comunista bastaría para reclutar los Ejércitos exterminadores que debían acabar con el país semifeudal que él combatía. ¿Semifeudal? Ese fue uno de sus grandes errores”, refirió.