Política

Luis Alberto Gonzales-Zúñiga: “El presidente debería dirigir la lucha contra la deforestación”

Entrevista al director ejecutivo del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) que ha sido invitado a renunciar por la viceministra de Políticas Agrarias del Ministerio de Agricultura (Minagri), Paula Carrión Tello.

No renunciaré. Durante su gestión en Serfor, Gonzales-Zúñiga dio un duro golpe a las empresas madereras ilegales. Ahora lo presionan para que renuncie.
No renunciaré. Durante su gestión en Serfor, Gonzales-Zúñiga dio un duro golpe a las empresas madereras ilegales. Ahora lo presionan para que renuncie.

Por: Aramís Castro / Ojo Público / LR Política

Este repentino pedido ocurre cuando el Serfor ha impulsado una serie de medidas que buscan prevenir la exportación de madera de origen ilegal y ha desempeñado un rol decisivo en el proceso penal que el Ministerio Público sigue contra los responsables de la mayor intervención de madera ilegal hacia México y Estados Unidos: el caso Yacu Kallpa. Carrión ha sido gerenta de agroexportaciones de la Asociación de Exportadores (Adex), entidad que rechaza las medidas de Serfor que proponen una mejor trazabilidad a la madera extraída de los bosques amazónicos.

Tenemos conocimiento de que el Ministerio de Agricultura le ha pedido su renuncia como director ejecutivo de Serfor.

Sí, el 3 de marzo tuve una reunión con la viceministra y me solicitó la renuncia. Yo le pregunté cuáles eran las razones y me dijo que era una decisión de la alta dirección del Minagri. Entonces le pedí que me envíe por escrito una carta donde digan las razones por las que me están solicitando esta renuncia. Hay dos cuestiones fundamentales que está dejando de lado. La primera es que la vía para solicitar una renuncia así debería ser la del consejo directivo de Serfor (...). En segundo lugar, yo fui seleccionado por un concurso público en un horizonte de cinco años. Y, de acuerdo al marco legal, salvo que haya cometido una falta grave, no me pueden solicitar esa renuncia.

¿Renunciará si se lo piden por escrito?

No. Quiero esperar el documento y cuando me lo envíen voy a responder por qué no debería renunciar.

¿Usted recuerda otras presiones para dejar el cargo?

Presiones no, pero efectivamente yo he sentido en los últimos meses un distanciamiento de la viceministra. Una persona que en lugar de alentar las cosas que estamos logrando, mantenía distancia. Yo creo que lo que hemos logrado en este tiempo es la construcción de un equipo humano. Es realmente sorprendente que me soliciten la renuncia.

¿Cómo afecta este tipo de decisiones en un contexto en el que la justicia está procesando casos emblemáticos contra el tráfico de madera hacia Estados Unidos y México, como Yacu Kallpa?

Nosotros hemos dicho que el gran desafío que tenemos como país es la lucha contra la deforestación. Son 150 mil hectáreas de bosques que se pierden cada año. Es un número gigante. Tenemos que luchar contra esto. En esa lucha es importante la promoción del desarrollo en un marco de legalidad. Desafortunadamente, el sector forestal está plagado de informalidad y de ilegalidad. ¿Qué significó Yacu Kallpa? Fue un golpe fuerte a la imagen de nuestro país, porque se comprobó que la mayoría de esa madera era de origen ilegal. A pesar de esto, ese embarque salió y se exportó. El gobierno de entonces comenzó a defender lo indefendible. Entonces, si no lo enfrentamos como país, estamos convalidando actividades que no se hacen legalmente. Yacu Kallpa se acerca a su etapa final. Tenemos la garantía desde la Procuraduría del Ministerio del Ambiente de que va a tener un proceso adecuado.

En octubre del 2019, Serfor publicó un documento que establecía que la trazabilidad de la madera comienza en el bosque, pero un sector del empresariado maderero no estuvo de acuerdo.

Nuestra organización cuenta con un lineamiento de trazabilidad. Es algo increíble que haya tomado tanto tiempo para el sector contar con este documento. Por supuesto, la trazabilidad generó mucha resistencia en los sectores que trabajan con madera ilegal. Sin embargo, suscitó mucho apoyo en aquellas empresas que trabajan con madera legal.

A fines del año pasado Serfor estimó en 40% a la producción de madera en Perú que tenía un origen ilegal, ¿cómo se planea reducir este porcentaje?

Podemos reducir eso a 2%, 3% o 4% como máximo. Nuestra aspiración es reducir a cero todo lo que es madera ilegal. Es la única manera que el bosque -en lo que es producción maderable- pueda contribuir genuinamente en el desarrollo del país.

¿Qué debate sobre el sector forestal debería priorizar el Congreso que se instala en las próximas semanas?

El problema de la gobernanza y la institucionalidad. Estoy convencido de que es un problema que Serfor esté en el Ministerio de Agricultura porque este ministerio tiene tres prioridades: cultivos, crianzas y proyectos hidráulicos. Lo que es forestal no existe. Para fines prácticos es casi invisible. Serfor debería formar parte de la PCM o absorber otros organismos dedicados a bosques y establecerse como una entidad independiente. Somos uno de los pocos países en el mundo que tenemos seis autoridades en bosque: gobiernos regionales, Minam, Minagri, Osinfor, Serfor y Produce. Solo en coordinar con cada uno de estos actores invierto el 50% o 60% de mi tiempo. Yo diría que un punto de la agenda del Congreso debería ser arreglar todo el tema de la gobernanza forestal. Mi propuesta es que aquí solo existan tres: los gobiernos regionales, Osinfor y Serfor. Con ellos trabajar de la mano. Todo lo que tiene Minagri y Produce deben pasar a Serfor. Eso sería un cambio fundamental.

¿Qué influencias o agentes externos consideraría como obstáculos en su trabajo al frente de Serfor?

Para enfrentar a la deforestación se necesita un acuerdo multisectorial. El presidente de la República debería conducir la lucha contra la deforestación, así como está conduciendo contra la corrupción. Otro factor muy complicado ha sido el Ministerio de Economía y Finanzas. Cuando llegamos a Serfor, se estaba trabajando un programa para inversión en el desarrollo forestal con la cooperación alemana. La iniciativa estaba paralizada y moribunda. La retomamos y comenzamos a convencer al MEF para trabajar de la mano. Trabajamos y culminamos el programa en setiembre del año pasado. La idea era que [la renovación] debía firmarse en noviembre. En octubre la dirección de endeudamiento envía una carta al Ministerio del Ambiente de Alemania -de donde provenían los fondos- para decir que la ministra iba a firmar. Sin embargo, al día siguiente dijo que no, que esa carta está equivocada y envió otra comunicación para informar que se va a evaluar ese proyecto. Como resultado, la embajada envió una carta a la ministra pidiéndole explicaciones. Hasta el momento no ha respondido. La imagen que proyectamos como país es de poquísima seriedad.