¿Volverán los días fríos en Lima? Senamhi aclara
Política

Salto disruptivo, pero suelo parejo

“El país se ha reafirmado en la senda de las últimas décadas y le sigue otorgando así una bocanada de aire a la transición democrática”.

Salto disruptivo, pero suelo parejo
Salto disruptivo, pero suelo parejo

Si Vizcarra no hubiese convocado a referéndum y no hubiese disuelto el Congreso, el voto disruptivo no hubiese sido tan solo un 15% como finalmente ha sido (8.9% Frepap y 6.9% UPP) sino, quizás, un fenómeno aluvional.

El Perú alberga pulsiones disruptivas permanentes, que se explican por las inmensas fracturas sociales irresueltas y la creciente desafección de la ciudadanía respecto del establishment político. Pero cabía pensar que los dos actos políticos referidos (referéndum y disolución) habían aplacado en el corto plazo esa tasa histórica de disrupción.

Se ha vuelto a manifestar aunque no ha sido, sin embargo, decisiva. No pasa del 16% del voto total (sumando a Frepap y a UPP). El país claramente se ha inclinado, como suele hacer hace varios lustros, por el centro o la derecha. Sumando a todos los partidos del centro, su votación alcanza casi el 40% y si a ello se le suma la votación de la derecha dura (que bordea el 25%), hablamos del 65% del país inclinado a favor de opciones más o menos concordantes con el esquema de gobierno que nos acompaña desde la década del 90.

La izquierda, en cambio, sumados UPP, Frente Amplio, Juntos por el Perú y Perú Libre solo llega al 21%. No será este, por ello, un Congreso constituyente ni mucho menos. No hay razón alguna que sustente los pavores desatados en la élite empresarial y política. No se vienen los monstruos radicales y todo apunta a pensar que estos temores provienen más bien de las canteras del prejuicio racista o clasista (es curioso que el desmadre emotivo por los inocuos del Frepap supere al de los radicales antauristas).

El país se ha reafirmado en la senda de las últimas décadas y le sigue otorgando así una bocanada de aire a la transición democrática, para ahondar o realizar las tareas inconclusas pendientes desde el 2000.

En algún sentido, inclusive, resulta saludable que ese 16% disruptivo se incorpore al establishment. El sistema democrático peruano se muestra así capaz de asimilar y digerir esa permanente contestación del orden establecido. Al menos, en el corto plazo. Solo un descalabro significativo del régimen y el advenimiento, otra vez, del caos confrontacional de los dos principales poderes del Estado podría hacer que en las presidenciales del próximo año los antisistema puedan escalar.

Es una gran foto de la realidad ideológica, política o valorativa del país la que hemos tomado en la jornada electoral del domingo pasado. Al no haber habido candidaturas presidenciales que arrastrasen votaciones, ni flujos millonarios de publicidad −que suelen borronear las singularidades partidarias−, el resultado es una buena radiografía de nuestra variopinta gama de identidades o actitudes políticas.

Cabe, a pesar de todo, ser optimista. No obstante la desestabilización política regional, el estancamiento económico y la profunda crisis política por la que hemos pasado (un presidente renunciante, un exmandatario suicidado, uno preso luego de una salida irregular de la cárcel, otro encarcelado en los Estados Unidos, un Congreso disuelto, etc.), el Perú se reafirma. Se necesita a gritos un nuevo impulso reformista, por cierto, pero es saludable que no hayamos saltado al vacío radical ni hayamos optado por estridencias ultristas.

-La del estribo: extraordinario el último número de Libros & Artes, la revista de la Biblioteca Nacional, dedicada temáticamente a los cien años de Los heraldos negros. Y se viene una edición de colección, abocada a la históricamente soslayada figura de la poeta, feminista, activista política, etcétera, Magda Portal.

Los artículos firmados por La República son redactados por nuestro equipo de periodistas. Estas publicaciones son revisadas por nuestros editores para asegurar que cada contenido cumpla con nuestra línea editorial y sea relevante para nuestras audiencias.