Política

Mamarracho electoral

“El país se ve reflejado en este bingo de emprendedores sin alma”.

AGüERO
AGüERO

Las elecciones del 2020 pueden dejar como resultado un Congreso terrible. Nunca igual de malo que el que acaba de cerrar, dominado por una mayoría antidemocrática. Pero por las candidaturas que se ven, se augura un gran mamarracho.

Por un lado, no hay partidos. Existen marcas o franquicias que ofrecen el servicio de ser parlamentario a quien tenga los recursos para intentarlo. Las ideologías no son tan relevantes, tampoco los programas. Importan el jale, la popularidad, el capital social previo, casi como en un programa de concursos. Por otro, el elector está apático. Sabe que no hay nada bueno para escoger. La historia reciente le ha demostrado en vivo y en directo que la inmensa mayoría de los que mueven intereses y desean representarlos políticamente, lo hacen de modo entre irresponsable y delictivo. El fujimorismo será bárbaro, pero no es excepcional. Es una exageración de lo peor de los demás.

Mulder, Martha Chávez, Bartra, Vilcatoma, las gentes alrededor de los Lunas o Acuñas son solo ejemplos de los cientos de entusiastas emprendedores del poder propio que estamos obligados a elegir. ¿Cómo podría ser de otro modo? El país se ve reflejado en este bingo de emprendedores sin alma.

Lo bueno: no será un Congreso golpista. Lo excelente: el gobierno no tendrá excusas para ejecutar sus proyectos. El sueño: que ningún personaje de la vieja política sea elegido. Ningún fujimorista, aprista, que más que una elección sea un gran evento de veto y censura cívica. No pido más.