Situación. Sacerdote de Chuquibambilla afirma que hay contaminación, sufrimiento y abandono. Descarta que los comuneros de Nueva Fuerabamba sean nuevos ricos.,Monseñor Edinson Farfán, de la Prelatura de Chuquibambilla, que abarca las provincias de Cotabambas, Grau y Antabamba, considera que las autoridades y medios de comunicación hablan bastante sobre el conflicto Las Bambas, pero es evidente que conocen poco sobre las necesidades y el sufrimiento de las comunidades altoandinas. “Ellos son gente sencilla que piden se respeten sus derechos. Conozco toda la Prelatura, entonces transito siempre por la carretera para cumplir con mi labor pastoral, y lo que veo es una contaminación ambiental tremenda por la cantidad de polvo que genera el paso de los camiones de la mina. Hay que conocer cómo está la carretera, cómo esta gente vive ahí”, reclama. PUEDES VER Otro poblado afectado por actividad de Las Bambas pide mesa de diálogo con minera y gobierno Y agrega que el interminable paso de vehículos que van hacia Matarani genera no solo contaminación ambiental sino también sonora, tal como lo confirma el presidente del Frente de Defensa de Mara, Ronald Quispe, quien refiere que sus casas y cultivos están cubiertos de polvo y muchas viviendas se han rajado debido a la fuerte vibración que producen los pesados vehículos. En cuanto a la educación que se imparte en la zona, el religioso nacido en Tambogrande, Piura, indica que solo los distritos cuentan con buena infraestructura mientras que en las comunidades la educación en general es deplorable. “Los alumnos de quinto año de secundaria que participan de la Eucaristía leen como un niño de tercer grado de primaria. Les he dicho a los profesores que eso no puede ser”, protesta. PUEDES VER Carlos Moran sobre Las Bambas: "Vamos a persistir en tener un diálogo abierto” Sobre el caso de los comuneros de Nueva Fuerabamba, comenta que si bien se les ha construido una hermosa ciudad para reasentarlos, es difícil de entender cómo los han instalado en esos pequeños edificios donde a veces tienen a sus animalitos en el segundo piso. Considera que la bonita ciudad no está hecha de acuerdo a los modos de vida de los campesinos, lo cual se comprueba en que algunos continúen viviendo en sus chocitas ubicadas a veinte minutos de la ciudadela. Y respecto a los informes que señalan la riqueza de los comuneros de Nueva Fuerabamba, manifiesta que no es lo general. “Si uno se topa con la realidad, la verdad sale a flote”, dice. Pero si Cotabambas está así, la situación en Antabamba es peor. “Ahí no hay carretera, todo es trocha y derrumbes. Es la provincia más olvidada”, anota monseñor Edinson Farfán.