"A FP se le ha acabado el tiempo, y debe llegar a alguna conclusión cuanto antes. Quienes deseen reducir el daño causado por Chávarry y salvar a este Congreso, dentro y fuera de FP, deben pronunciarse ahora”.,La infeliz decisión de Pedro Chávarry ha puesto a Fuerza Popular entre la espada y la pared. Si FP opta por oponerse al proyecto presentado por el Ejecutivo, corre dos riesgos. Uno es ser derrotado en la votación, con votos y abstenciones adversos de sus propios integrantes. Otro es precipitar la disolución del Congreso. Por lo pronto el vocero de FP ha dado a entender que el partido buscará ir alargando los plazos de la respuesta a Martín Vizcarra, metiendo al proyecto en el moroso laberinto de las comisiones. Pero el reclamo de urgencia por parte de Vizcarra y su alusión a la cuestión de confianza se han adelantado a esa maniobra. Pero aun sin ese laberinto, queda abierta la cuestión de qué es celeridad en este caso, puesto que allí está el meollo de la cuestión de confianza. La premura del Ejecutivo es también porque Chávarry puede terminar de desmantelar la parte contraria de la fiscalía en días. Más ahora que el cambio de año le ha dado más viada. Evidentemente para FP avanzar en la defenestración de Chávarry es el mal menor. Incluso si vota en bloque a favor del proyecto del Ejecutivo podrá postergar los alcances de su división interna. Aunque está claro que el proyecto aprobado afectará mucho más que el futuro profesional del fiscal Chávarry. Siempre tiene FP la opción de un cuidadoso conteo de los votos, limitando sus votos en contra del proyecto, para evitar que sea derrotado. Una maniobra que le permitiría, disminuido y todo, participar en nuevas batallas. Para eso tendría que comenzar desautorizando a su vocero, o encargándole la etapa que se abre a otra persona. ¿Una súbita renuncia de Chávarry le ahorraría todos estos problemas a FP? Probablemente sí. Muchos verían en eso una prueba final de las relaciones capilares entre el partido y el fiscal, pero quizás FP podría usarlo como demostración de lo contrario o, con algo más de cinismo, como prueba de lo innecesario del proyecto de Vizcarra. En resumen: a FP se le ha acabado el tiempo, y debe llegar a alguna conclusión cuanto antes. Quienes deseen reducir el daño causado por Chávarry y salvar a este Congreso, dentro y fuera de FP, deben pronunciarse ahora.