Lo más penoso es arrastrar al Apra al descalabro partidario. ,Una expresión grotesca del penoso ocaso político del expresidente Alan García es que ni el fujimorismo pudo acompañarlo esta vez en el ridículo que protagonizó al lanzar su psicosocial del golpe como instrumento para evadir responsabilidades ante la justicia. Si hasta Úrsula Letona tuvo que discrepar de García en lo del golpe, saque usted su cuenta de lo absurdo del exabrupto del otrora sagaz político, quien no solo alucina con su golpe de Twitter, sino que ni pudo convocar el apoyo de Fuerza Popular cuando acusó al presidente Martín Vizcarra de encarcelar a Keiko Fujimori. García quiere adelantar excusas por si, como podría ocurrir, le sucede lo que le ha pasado a su aliada política Keiko Fujimori. Y en eso sí tiene razón, pues a la cárcel podría ir –salvo que se encubra en Madrid– si se tienen en cuenta las noticias que llegan desde Brasil sobre los sobornos millonarios en el Metro de Lima. Quizá por eso arma revuelo con una pateada de tablero institucional, para confundir todo y replicar el biombo del golpe de 1992 que le permitió escabullirse por los estropicios que perpetró en su catastrófico primer gobierno, salvo para él pues hasta depa de lujo en París le produjo. Pero hoy ya ni los psicosociales le salen bien, pues este aviso de golpe que lanzó en coincidencia con el alud de fake news de estos días que, por desesperados, son increíbles. Tanto, que seguro no lo creen ni en su partido, a pesar de lo cual su tridente parlamentario –Mauricio Mulder, Jorge del Castillo y Javier Velásquez Quesquén– tiene que hacer malabares para secundarlo en el papelón. Todo lo cual profundiza la crisis tan grave del Apra por haber puesto el partido completo al servicio exclusivo del salvataje judicial de García. Con todo su ego colosal, García no tuvo la generosidad de permitir que su partido tenga un futuro promisorio y útil para el país, habiendo arrastrado al Apra en su propio descalabro, algo que se expresa en tener, desde el final de su segundo gobierno, solo 4 y 5 parlamentarios en los dos congresos desde entonces, una debilidad que se busca compensar con mañosería en el hemiciclo. Además de ser asociado por la opinión pública a la corrupción, García ha perdido sintonía con la gente al punto de que sus psicosociales ya parecen chiste de cómico ambulante y fake news de trol de redes sociales. Como en FP, partido puesto al servicio de los líos de Keiko Fujimori, el descalabro del Apra es lo más penoso que está sucediendo en medio del muy locazo ocaso de don Alan García.