Falacias argumentativas de los pregoneros de la Sra. K. ,Mientras Keiko Fujimori pierde prestigio y credibilidad –en la calle, la inversión y la sociedad civil–, su partido tiene que reforzar su comunicación para compensar su debilidad, pero las falacias argumentativas en que se sustenta son cada vez menos efectivas. “Miente, miente, que algo queda”. Esta clave de la propaganda nazi creada por Joseph Goebbels es aplicada por el fujimorismo para socializar su estrategia política, pero de tanto abusar de ella su eficacia es decreciente. Esta estrategia es puesta en práctica de manera armonizada por un coro en el que participan desde los congresistas de FP, sus aliados, blogueros, fujitrolls y periodistas distribuidos en varios programas de televisión y radio y en no pocos diarios. Una falacia preferida en estos días es que el presidente Martín Vizcarra no debe insistir en el referéndum para la reforma político-judicial o el apartamiento de Pedro Chávarry del Ministerio Público, pues eso es dañino para el país porque lo “polariza”. El que eso vaya en contra del interés de Keiko Fujimori no es que sea inconveniente para el país, como pretenden demostrar los mototaxistas. A eso apunta otra falacia fujimorista que consiste en que el resultado electoral 2016 le dio una mayoría parlamentaria a FP, pero que eso constituye patente de corso para que Keiko Fujimori haga lo que quiera creyendo que la democracia es el abuso de las minorías por parte de la mayoría. Y otra falacia argumentativa del fujimorismo es pregonar que todos son corruptos, como varios de los que ellos defienden, para igualar a todos en el mismo basurero. En el debate político de intensidad creciente que se viene en el país, FP y toda su estructura de comunicación van radicalizar su propaganda con el fin de convencer a todos –empezando por sus propia bancada– de falacias tan débiles como que Keiko Fujimori no es la señora K, o que el fiscal Chávarry solo persigue al presidente Vizcarra porque es lo que corresponde, y no porque –como es evidente– quieren repetir la película que ya protagonizaron con PPK. El problema de la propaganda de Keiko Fujimori es que, por la incapacidad y desprestigio de varios de sus operadores, empezando por una bancada parlamentaria en donde hay gente que miente con tanto entusiasmo como el de los cabezazos que se meten entre sus miembros, y a diferencia de Goebbels, de tanto repetirlo, el rollo se ha vuelto un disco rayado en el que menos gente cree, algo que se constata en la aprobación decreciente de FP en la ciudadanía.