Presión ciudadana contra magistrados y políticos.,Es tan nauseabundo el cuadro de la justicia peruana que se desprende de los audios legalmente interceptados entre jueces y consejeros del CNM, al igual que la respuesta del sector político que –por acción u omisión– los defiende por un sentido de complicidad o sobrevivencia, que va a ser necesario que la ciudadanía y todos los sectores de la sociedad a los que esto les parece repugnante salgan a las calles a manifestar su rechazo a quienes han convertido a instituciones fundamentales de la república en verdaderos chiqueros. Si lo que se ha visto hasta ahora es repugnante, la gente debe prepararse para lo que todavía está por salir porque es aún peor, incluyendo videos y documentos que prueban que hay muchas personas en el sistema que debe administrar la justicia que en realidad son unos delincuentes de peor calaña que los que deben juzgar. No son todos, por supuesto, y no se puede generalizar porque en el sector público peruano hay personas muy valiosas, incluyendo a jueces y fiscales como, por ejemplo, los que condujeron, cada uno en su espacio, el proceso para investigar a estos jueces y consejeros miserables ampayados mientras se les hacía seguimiento como parte de un caso del crimen organizado vinculado al narcotráfico. Pero tanto para protestar contra los corruptos como para defender a los honestos y eficientes que también hay en el estado peruano, se requiere la voz de los ciudadanos y de entidades representativas en las calles para hacer sentir que los peruanos estamos hartos de tanto ladrón que se mete en el sector público para robar, lo cual incluye desde presidentes hasta el resto de niveles de la administración. Salir a las calles de todo el país para protestar por el mal olor que destilan una justicia y una política manejadas por malandrines en perjuicio del país y su gente puede ayudar a meter presión para cambiar las cosas. Una justicia podrida perjudica a todos en el país. A la ciudadanía, porque le impide resolver demandas desde un juicio de alimentos hasta el desalojo de un inquilino moroso. A las empresas, porque les impide tener un mecanismo de solución de controversias que permita un desarrollo sano de sus negocios. Confiep debería protestar contra la corrupción (y eso no es ir contra ‘el libre mercado’ como promueven hoy algunos pasmarotes). Se requiere una reforma profunda para combatir a la corrupción y un factor crucial del cambio pasa por un sólido respaldo ciudadano que ponga contra las cuerdas a jueces, fiscales, consejeros y políticos podridos.