El problema de fondo es que es muy mediocre y corrupto. ,Antes que el costo de operación del congreso, lo que más debe preocupar a la ciudadanía es su escasa legitimidad porque muchos de sus integrantes –aunque no todos, por supuesto– son incompetentes, trafican a favor de causas particulares y subalternas, y su trabajo legislativo y fiscalizador es deplorable pues no lo realizan pensando en la gente sino en su propio interés. Hay varias noticias en distintos medios sobre los gastos del congreso que suelen ser respondidas por sus directivos señalando que son un cargamontón contra el parlamento como reacción a la ‘ley Mulder’, en vez de preocupación legítima de la prensa. Está la compra de flores por un proyectado anual de 84 mil soles, así como de televisores, frigobars y otro equipamiento incluyendo unas computadoras de diseño cuyo costo parece tan elevado –siete por casi un cuarto de millón de soles– que ha obligado a detener la adquisición por sospecha de sobrevaloración. Es probable que algunos de estos gastos e inversiones tengan una justificación para la marcha adecuada del congreso, pero producen sorpresa –y por eso son noticia– porque coinciden con un momento en el que el gobierno habla de la necesidad de austeridad en el sector público por una caída de los ingresos fiscales; porque ocurren cuando se acaba de subir impuestos con un efecto en los bolsillos de la gente; y porque se producen cuando el congreso ha legislado para ser intocable por la contraloría. Al respecto, un comunicado de Proética emitido ayer señala que la solitud de gobierno al congreso para obtener facultades delegadas en materia de lucha contra la corrupción es decepcionante porque proyecta un escaso compromiso con esta causa. Sí se constata, en cambio, que en el congreso se legisla a favor de intereses subalternos con consecuencias ilícitas, como sucede con la falta de supervisión a las cooperativas, los plásticos, los anuncios de alimentos, y la minería ilegal, entre otros fines. Un caso de gasto percibido como excesivo con una actuación deplorable es la comisión lava jato, con S/2.7 millones en personal, viajes y viáticos en 16 meses y la opinión extendida de que su objetivo real no es la verdad sino garantizar la impunidad de los líderes del fujimorismo y del Apra. Antes que gastos excesivos, que sin duda se deben controlar correctamente, lo que más debe preocupar de este Congreso es la pérdida de legitimidad de una institución fundamental de la república, por el hecho de ser conducida con un combo letal de mediocridad con corrupción.