Versiones de la conspiración de Vizcarra contra PPK.,Mauricio Mulder puso el dedo en la llaga de una verdad que se cae de madura y que, si bien no tiene una incidencia legal sobre el presidente Martín Vizcarra y el premier César Villanueva, sí los mancha un poco porque los asocia a esa fea palabra que es la ‘traición’. La discrepancia de Vizcarra con el proyecto para ‘bajarse’ candidatos con menos de tres años de militancia fue respondida por Mulder con la destreza del que sabe dónde hacer más daño: “El que sí conspiró y se movió para ‘bajarse’ a PPK fue Ud., ¿o no?”. Rosa María Palacios planteó el domingo aquí esa teoría de la conspiración, la cual también se ha perfilado en esta columna, y que se refuerza con varios indicios que apuntan en la dirección de que, en efecto, Vizcarra no ‘tuvo’ que asumir la presidencia según el mandato constitucional —lo cual está bien— sino que fue un participante entusiasta de la caída de PPK y que su operador político para eso fue el hoy premier Villanueva. Complotar en política —no haciendo nada ilegal— no es delito pero digamos que no se ve bien en un VP contra el presidente, pues deja el aroma de complicidad en quien debe lealtad. Pero Mulder debe saber de lo que habla, como se lo acaba de recordar con pertinencia la congresista Gloria Montenegro: “Es el menos indicado para decirlo porque él ha estado pegadito con Villanueva y Becerril haciéndole la camita a PPK; estuvieron el aprismo, el fujimorismo, la mototaxi, y de mi bancada estuvo muy presuroso César Villanueva, y en el nido bien armadito, cae Vizcarra”. ¿Más indicios? Desde la propia designación de Villanueva como premier, el comentario del ex ministro Daniel Córdova sobre el papel de Villanueva en la caída de PPK, hasta un tuit entusiasta de Vizcarra enviado desde Ottawa deslizando su gana de reemplazarlo, esta verdad incómoda que incomoda parece un poco obvia. A lo cual se suman los abrazos de Moisés Mamani con Vizcarra y Villanueva, para no hablar del escándalo que significa la edición —¿adulteración?— de los ‘keikoaudios’ conseguidos por este congresista puneño a quien Keiko Fujimori lo acaba de defender con todo y la mototaxi lo trata como ‘héroe’ de la democracia. Un vicepresidente está para reemplazar al presidente, pero participar en su caída deja un mal sabor. No invalida en modo alguno el origen de su gobierno, pero no se ve bien. ¿Algo positivo en este asunto sin duda especulativo? Que el presidente Vizcarra no sería tan pichón en política como unos dicen. Todo lo contrario. Parecería un Frank Underwood.