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Víctima de los biopolímeros en Venezuela advierte su uso estético: "No podía caminar"

María Sánchez es una ciudadana venezolana de 50 años que convive con las consecuencias de una mala práctica quirúrgica en una 'estética'. Revisa AQUÍ todos los detalles sobre su declaración.

A María se le pudo extraer el 90% del material inyectado. Foto: composición LR/AFP
A María se le pudo extraer el 90% del material inyectado. Foto: composición LR/AFP

María Sánchez es una venezolana con medio siglo de edad y lleva más de una década viviendo una pesadilla a causa de una mala práctica de cirugía estética, se animó a comentar su caso a Javier Tovar, periodista de la Agence France-Presse (AFP), quien, en un reportaje junto a la fotógrafa Magda Gibelli, registró cómo los 'biopolímeros' cambiaron la vida de esta mujer. En esta nota, te brindaremos más detalles sobre este caso.

Primera parte: un sueño que se volvió pesadilla

María soñaba con tener un cuerpo más 'voluminoso' y poder encajar en el marco de los estereotipos que impone la sociedad. No fue hasta el 2006 cuando decidió cambiar esta situación y se contactó con un centro de cirugía plástica —conocida también como 'estética'— que promocionaba sus servicios por medio de un diario.

Todo marchaba con normalidad, el biopolímero ya se encontraba en su organismo: 125 ml en cada glúteo para ser exactos. Esto significó el inicio de su mayor pesadilla. Tras varios años sufriendo en silencio, María decide acudir a un centro médico por los dolores crónicos que sentía en la zona lumbar.

María convive con dos bolsas de drenaje colgados por su cintura. Foto: AFP

María convive con dos bolsas de drenaje colgados por su cintura. Foto: AFP

Diagnóstico tras diagnóstico, por cada centro de salud que pasaba, salía con un nuevo malestar: artritis, reumatismo y lupus. Una de sus conocidas que trabaja en un hospital público le recomendó que vaya al consultorio de Juan Carlos Blanco en el Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS), quien se encargó de extraer lo más que pudo del biopolímero.

"Siempre va a quedar una pequeña cantidad", aseveró mientras explicaba que la sustancia extraída es prácticamente aceite.

Luego del proceso de extracción, María sintió un enorme impacto al ver cómo había terminado. "Estaba mutilada", declaró.

Segunda parte: una víctima más

'Susana', de 39 años, quien prefiere mantener su identidad verdadera en el anonimato por temor a los estigmas, comentó a la agencia de noticias que también fue una víctima de los biopolímeros, los cuales se colocó hace 12 años. El dolor comenzó a sentirlo 5 años después, luego de su segundo embarazo.

Tras encontrarse acorralada entre las posibles críticas y el dolor, en 2017, decidió someterse a un procedimiento similar a una liposucción para extraer el material, lo cual hizo que su situación empeorara y que además le dejara con US$3.000 menos en el bolsillo. "Ya no podía caminar", recordó.

Los biopolímeros no encapsulados ingresan al cuerpo a través de una inyección y se expanden. Foto: AFP

Los biopolímeros no encapsulados ingresan al cuerpo a través de una inyección y se expanden. Foto: AFP

Después de 2 años, fue operada de emergencia por una doctora que le quitó "lo que le estaba haciendo daño" por el precio de US$5.000. Según comenta Susana, la profesional de la salud le dijo que no la odie por el nuevo cambio que tendrá luego de la intervención, a lo que ella le respondió que no lo haría y que, en su lugar, le iba a agradecer mucho.

Tercera parte: una moda que se volvió prohibición

Alterar el aspecto físico de manera artificial es una de las tantas prácticas que se manejan alrededor del mundo; en Venezuela, este procedimiento podría significar el inicio de una tragedia.

El uso de biopolímeros en la medicina estética fue prohibido en 2012 a través de la Resolución 152, publicada en la Gaceta Oficial 40065, por la cantidad exorbitante que se comercializaba ambulatoriamente en negocios locales como peluquerías, consultorios médicos y las famosas 'estéticas'.

A pesar de esta prohibición, el doctor Blanco indica que cada vez llegan más pacientes que presentan los mismos malestares por el mismo problema: los biopolímeros. Alega que, en los últimos 5 años, atendió a 50 pacientes de los cuales 20 terminaron en cirugía.