El 10 de octubre de 1911 inició una revolución que puso fin a la sucesión de emperadores en China por más de dos mil años, sucedido por un gobierno democrático. En este país se lelvó a cabo una ceremonia en la Gran Plaza del Pueblo, liderada por el presidente Hu Jintao. El mandatario calificó el levantamiento, conocido como la Revolución Xinhai, el inicio de "una revolución absolutamente moderna, nacional y democrática". En compañía del ex presidente Jiang Zemin, Hu elogió la figura del doctor y líder revolucionario Sun Yat Sen, a quien describió como "un líder nacional y un gran patriota". Hu Jintao aseguró que la revolución sentó las bases de un "rejuvenecimiento" de la nación, que debe conseguirse a través de la adhesión al socialismo, la paz y la cooperación. También dedicó unas palabras a las actuales tensiones con Taiwán, que rechaza la unificación con la China continental. Pidió "que se curen las heridas del pasado" y tendió una mano a los taiwaneses "para trabajar juntos de cara al gran rejuvenecimiento de la nación china". (con información de Europa Press)