El 'boom' laboral de latinoamericanos en España: Colombia y Venezuela son los principales en el empleo migrante desde la pandemia
España vive un auge laboral sin precedentes, impulsado por trabajadores de América Latina. Colombia y Venezuela lideran una migración joven que ya transforma el mercado del trabajo.
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España ha superado en mayo de 2025 los tres millones de afiliados extranjeros a la Seguridad Social, una cifra histórica que refleja el impulso migratorio tras la pandemia. Buena parte de este fenómeno tiene nombre y origen: los trabajadores latinoamericanos, que han duplicado su presencia en apenas seis años, con 960.000 cotizantes actuales frente a los 483.000 que había en 2019.
Más de la mitad del empleo extranjero creado desde 2019 ha sido ocupado por personas procedentes de América Latina, lo que significa que uno de cada cuatro nuevos puestos de trabajo ha sido asumido por este colectivo. La afinidad lingüística y cultural, sumada a la estabilidad económica del país, han sido claves para este giro estructural.
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Colombia y Venezuela: los motores del empleo migrante
Colombia y Venezuela concentran el 63% del nuevo empleo entre latinoamericanos. En seis años, el número de trabajadores de estas nacionalidades se ha triplicado, marcando un ritmo de crecimiento sin comparación con otros orígenes migratorios.
Junto a ellos, otras comunidades han experimentado también crecimientos notables:
- Perú: 156%
- Honduras: 129%
- El Salvador: 124%
- Nicaragua: 102%
- Costa Rica: 89%
- Argentina: 88%
Estos datos contrastan con el comportamiento de otras nacionalidades tradicionales del mercado laboral español. Por ejemplo, Marruecos creció un 37%, Italia un 66%, y China apenas un 17%. Por su parte, Rumanía retrocedió un 3%, mientras que Bolivia perdió un 22% de afiliados y Ecuador solo avanzó un 1%.
Este patrón consolida a América Latina como la principal fuente de empleo extranjero en España, desplazando a otros colectivos que históricamente dominaron los sectores productivos del país.
Una fuerza laboral joven, activa y con desafíos formativos
Uno de los rasgos más destacados del auge latinoamericano es su componente generacional. El 41% de los empleados procedentes tiene menos de 34 años, una proporción que duplica la de los españoles en ese mismo rango (23%) y supera ampliamente la media de los extranjeros (32,5%).
Sin embargo, esta juventud llega acompañada de un reto estructural: la baja cualificación académica. Solo el 25% de los latinoamericanos en el mercado laboral español cuenta con estudios superiores, frente al 52% de los españoles y el 28,4% de los extranjeros en general.
Esto repercute en su inserción laboral:
- El 31% trabaja en ocupaciones elementales, frente al 9% de los españoles.
- Se concentran en sectores como la restauración, cuidados personales, servicio doméstico, comercio y seguridad.
A pesar de ello, su presencia es ya indispensable en el tejido productivo español, especialmente en los llamados servicios esenciales.
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Crecimiento más allá de las grandes ciudades
Aunque Madrid y Barcelona concentran el 37% del aumento de trabajadores extranjeros desde 2019, otras regiones han vivido un crecimiento relativo aún más acelerado. En al menos ocho provincias, la cifra de afiliados foráneos se ha duplicado en los últimos seis años.
Provincias con mayor incremento de empleo extranjero:
- La Coruña: 125%
- Zamora: 120%
- Lugo: 108%
- Palencia: 105%
- Orense: 104%
- Asturias: 101%
Otros aumentos destacados:
- Salamanca (98%)
- Valencia (95%)
- Sevilla (91%)
- Valladolid (88%)
- León, Córdoba, Jaén y Ávila también superaron el 80%.
Este fenómeno evidencia que la redistribución territorial del empleo migrante va más allá de las capitales, con un impacto creciente en provincias tradicionalmente menos receptoras de inmigración.
























