
El fuerte testimonio de un inmigrante que ingresó a España sin papeles: "Caminando, a veces debajo de un camión"
Abdelila, un inmigrante de 26 años sin papeles que llegó desde Turquía a España cuenta cómo logró sobrevivir y salir adelante gracias al apoyo de una ONG.
- Madre de Maritza Helen, peruana asesinada en España, pide ayuda para repatriar el cuerpo de su hija: “Ella no tiene a nadie allá"
- Venezolano en España genera debate tras revelar como solicitó asilo en 30 días: “No me contestaban”

En el primer trimestre de 2025, España registró la llegada de más de 11.000 inmigrantes en situación irregular, según el Ministerio del Interior. La mayoría son jóvenes sin papeles que huyen de la precariedad y arriesgan su vida para llegar a Europa en busca de una oportunidad.
Lejos de encontrar soluciones inmediatas, muchos se enfrentan a una realidad adversa: sin documentos, sin recursos y sin vivienda, deben luchar día a día para sobrevivir. Es el caso de Abdelila, un joven inmigrante que recorrió medio continente desde Turquía hasta España, en un viaje que duró meses y puso su vida en riesgo.
“Vine caminando, a veces debajo de un camión”: la odisea de un inmigrante desde Turquía
Abdelila, de 26 años, vive actualmente en Madrid. Su historia es el reflejo de miles de inmigrantes que llegan sin papeles a la península. “Llevo aquí casi tres años. Vine desde Turquía caminando, a veces debajo de un camión. Fue un camino muy largo”, confiesa.
Como él, muchos atraviesan fronteras en condiciones extremas, cruzando países sin descanso, sin dinero y sin certezas. La ruta desde Turquía hasta España suele implicar peligros como tráfico de personas, violencia policial y detenciones arbitrarias.
Durante meses, Abdelila durmió en la calle, sobrevivió con trabajos informales y sin acceso a servicios básicos. La esperanza apareció cuando conoció el programa BAOBAB, una iniciativa que cambió su vida por completo.
Casas de autonomía: ayuda real para inmigrantes sin papeles
El programa BAOBAB trabaja con jóvenes inmigrantes en riesgo de exclusión social. Aunque la mayoría proviene del África subsahariana, también atienden a personas llegadas de Turquía, Siria y Afganistán. Su misión es ofrecer un hogar, acompañamiento y herramientas para integrarse.
Las casas de autonomía del programa brindan:
- Alojamiento seguro y estable
- Asistencia legal para iniciar procesos de regularización
- Formación para el empleo y orientación laboral
- Apoyo psicológico y emocional
- Espacios comunitarios y contención
“Se convierten en su familia”, explican desde la organización. En estos espacios no solo se cubren necesidades básicas, también se promueve la autonomía, la responsabilidad y la inclusión real.
Gracias al respaldo de voluntarios y entidades locales, estos jóvenes logran reinsertarse socialmente. Una vez empleados, pagan un alquiler simbólico, lo que les permite sostenerse y avanzar hacia una vida independiente. “Aquí encontré estabilidad. Tengo un lugar, personas que me apoyan y un trabajo”, dice Abdelila, quien ahora mira al futuro con optimismo tras haber vivido lo peor.