Así es la Sala de las Lágrimas, el espacio oculto donde cada papa vive su momento más humano tras el cónclave
La Sala de las Lágrimas, situada en la Capilla Sixtina, se erige como un espacio fundamental de la elección del papa, puesto que el nuevo Pontífice reflexiona en el interior, en solitario tras el cónclave y una vez es elegido por el Colegio de Cardenales.
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La denominada Sala de las Lágrimas, presente en la Capilla Sixtina, ha sido tradicionalmente un paso a tener muy en cuenta en todo el proceso que conlleva a la elección del nuevo Papa. La Sala, normalmente, es en donde se recluirá para reflexionar el nuevo Pontífice después de haber sido elegido por el Colegio Cardenalicio.
Cuando se logran los dos tercios de los votos requeridos para hacer a un cardenal nuevo Papa, este no solo elige el nombre, sino que se produce un momento de profunda reflexión. La Sala de las Lágrimas se convierte en el símbolo del traspaso de cardenal a un nuevo líder espiritual de millones de fieles en el mundo. Este pequeño, pero significativo lugar se convierte en testigo silencioso de la historia de la Iglesia Católica.
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Un espacio de reflexión y emoción tras el cónclave
Por su parte, la llamada Sala de las Lágrimas es una sala muy sencilla y solemne. Esta sala se encuentra adyacente a la Capilla Sixtina, y puede representarse como el lugar donde el nuevo Papa puede hacerse una pausa y pensar sobre la elección que, ahora, le toca enfrentar.
La habitación está decorada de manera austera, lo que contrasta con la seriedad del momento dado. El pontífice puede tener aquí un poco de alegría, un poco de miedo y un poco de gratitud, cosas que son parte de su nuevo papel.

La Sala de las Lágrimas se caracteriza por su sencillez y solemnidad. Foto: AP
La tradición del cónclave
El cónclave es un proceso que ha ido modificándose a lo largo de los siglos, pero la Sala de las Lágrimas se ha mantenido como una metáfora de la transición entre el cardenal y el Papa. La Sala de las Lágrimas fue el lugar donde se perfiló la estampilla con la imagen de cada nuevo papa y obtuvo poder de reflexión de cara a su misión. La tradición de este espacio da cuenta del importante significado que tiene la espiritualidad y la unión con Dios en el proceso de elección.
Un momento de cambio
Elegir a un nuevo papa es una circunstancia que no solo se considera a la Iglesia Católica como protagonista, sino que además repercute en todo el mundo, genéricamente, con el cambio de la Sala de las Lágrimas también se plantea el nuevo reto de asumir la carga de la responsabilidad de llevar a millones de fieles, momento en el cual se reconoce el peso del momento de la reflexión en la que conviene hallar la preparación del nuevo Papa para la carga que ha de asumir.
La Sala de las Lagrimas bien podría ser más que un mero lugar físico, ya que también se renderiza como un espacio cargado de significado y emoción, el inicio de un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia católica, el nuevo papa que se enfrenta a la vida, a su destino con respeto, el poema que habrá de integrar la memoria en la colectividad de la Iglesia y de todos aquellos que la sigan el camino espiritual.




















