Esta es la frontera más larga de Sudamérica y la tercera a nivel mundial: ¿qué países la comparten?
Un récord mundial lo convierte en un corredor único de cultura y naturaleza, estrechamente relacionado con una tragedia aérea ocurrida en 1972.
La frontera que une a Chile y Argentina se extiende por más de 5.300 kilómetros, convirtiéndose en la más larga de Sudamérica y la tercera a nivel mundial. Este límite geográfico no solo representa una división política, sino que también es un corredor de naturaleza y cultura que refleja la diversidad del continente. A lo largo de esta línea, se encuentran paisajes que van desde desiertos áridos hasta glaciares imponentes, ofreciendo un espectáculo natural que asombra a quienes lo visitan.
Además de su impresionante longitud, esta frontera es testigo de una de las tragedias aéreas más conmovedoras de la historia reciente: el accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya en 1972, donde solo 16 personas sobrevivieron. Este evento trágico ha dejado una huella en la memoria colectiva de la región, añadiendo un matiz emocional a la vasta extensión que separa a estas dos naciones.
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La frontera chileno-argentina
La frontera chileno-argentina, que se extiende a lo largo de 5.308 kilómetros, no solo es una de las más largas del mundo, sino también una de las más diversas en términos geográficos y culturales. Este límite natural sigue la majestuosa cordillera de los Andes, una de las cadenas montañosas más impresionantes del planeta, y se prolonga hasta la remota provincia de Tierra del Fuego, en el extremo sur del continente.
Los pasos fronterizos facilitan el movimiento entre naciones, además de ser un punto de encuentro para viajeros. Foto: Borispatagonia.
Este límite geográfico se ha convertido en un símbolo de la interacción entre naturaleza y cultura, atrayendo a turistas de todo el mundo que buscan experimentar la esencia de Chile y Argentina en su máxima expresión. La región también desempeña un papel clave en la conservación de la biodiversidad, siendo hogar de parques nacionales y reservas protegidas que salvaguardan ecosistemas únicos y especies endémicas.
Las fronteras más largas del mundo
En el contexto global, la frontera chileno-argentina ocupa el tercer lugar en longitud, superada únicamente por la frontera entre Canadá y Estados Unidos, que se extiende por 8.891 kilómetros, y la que separa a Kazajistán de Rusia, con 7.644 kilómetros. Estas fronteras no son solo líneas en un mapa; son zonas de intercambio cultural, económico y natural que definen la identidad de las naciones que dividen.
La frontera entre Chile y Argentina alberga 46 pasos fronterizos, cada uno con su propia historia y belleza. Entre los más emblemáticos se encuentran el Paso Internacional Jama, crucial para el comercio y que ofrece vistas del altiplano; el histórico Paso de los Patos, utilizado por San Martín en su cruzada por la independencia; y el Paso Cristo Redentor, famoso por su monumental estatua que simboliza la fraternidad entre ambas naciones.
Estos pasos no solo facilitan el movimiento entre países, sino que también son puntos de encuentro para aventureros y viajeros que buscan experiencias únicas en algunos de los paisajes más impresionantes del planeta.
Esta línea fronteriza se extiende a lo largo de la cordillera de los Andes. Foto: Billiken.
La frontera más grande de Francia en Sudamérica
Brasil, el país más grande de Sudamérica, comparte la frontera más extensa con Francia a través de la Guyana Francesa, que se extiende por 730 kilómetros. Este territorio de ultramar, que forma parte de la Unión Europea, mantiene un vínculo con Brasil mediante un puente, a pesar de su terreno húmedo y de difícil acceso.
La demarcación de esta frontera se estableció en el tratado de Utrecht de 1713 entre Francia y Portugal, antes de que Brasil lograra su independencia.
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La frontera terrestre continua más larga del mundo
La frontera terrestre continua más larga del mundo se encuentra entre Rusia y Kazajistán, con una extensión de 6.416 kilómetros. Este límite, que se extiende desde el mar Caspio hasta las montañas del Altái, es un testimonio del vasto territorio que comparten ambas naciones.
La historia de esta frontera está intrínsecamente ligada a los cambios políticos y sociales de la región, siendo testigo de importantes acuerdos de delimitación y cooperación.