Moldavia vota sobre su futuro en la UE con miedo ante la injerencia de Rusia
Moldavia celebra elecciones presidenciales y un referéndum este domingo, claves para su futuro en la Unión Europea y frente a la injerencia rusa. La presidenta Maia Sandu, favorita, podría requerir segunda vuelta.
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Moldavia vota este domingo para elegir a su presidente y decidir si continúa o no su camino hacia la Unión Europea, un doble voto crucial para el futuro de esta antigua república soviética entre temores a la injerencia rusa.
La presidenta Maia Sandu, quien ha encaminado a su pequeño país vecino de Ucrania hacia la UE, se perfila como favorita, pero necesitará probablemente una segunda vuelta, el 3 de noviembre, según los sondeos.
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Los focos se centran no obstante en el referéndum, celebrado también este domingo, sobre si se aprueba o no la inscripción en la Constitución del objetivo europeo.
Los primeros resultados serán anunciados una hora después del cierre de los colegios electorales, hacia las 22H00 (18H00 GMT).
La tasa de participación era del 39% hacia las 15H00 hora local para las elecciones presidenciales y de cerca de un 33% para el referéndum, el umbral mínimo para validar la votación, según la Comisión Electoral.
Moldavia ya tiene un pie dentro del bloque, con el inicio oficial en junio de las negociaciones de adhesión, y los sondeos vaticinan una victoria del sí con 55%.
Los partidos prorrusos llamaron al boicot para que la votación no sea válida.
En 2020, Sandu se convirtió en la primera mujer en ponerse al frente de este país, situado entre la OTAN y la zona de influencia rusa.
"Este voto va a determinar nuestro destino para muchas décadas", declaró el domingo esta economista de 52 años, que se ha convertido en una figura europea de primer plano.
"Es la voluntad del pueblo moldavo" la que tiene que expresarse, y "no la de otras personas, no el dinero sucio", insistió la candidata, conocida por su reputación de incorruptible.
Frente a ella, no hay un candidato de peso pero sí una retahíla de 10 candidatos, la mayoría más o menos vinculados a Moscú a través de un discurso de "neutralidad". Algunos de ellos se expresan en ruso, además de la lengua oficial, el rumano.
Según el grupo de reflexión WatchDog, Rusia invirtió un centenar de millones de dólares antes de estos comicios, de la mano del magnate Ilan Shor, refugiado en Moscú tras una condena por fraude.
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